Estoy en mi ex cuarto en la casa de mi madre. Bah, aun es mi cuarto por que todavía almaceno los libros y la música que ya no escucho. Son las cuatro y dieciséis de la madrugada y no puedo dormir ni puedo para de llorar. Me miro la cara en la web cam del ordenador y parezco una persona del invierno, congelada, hecha trizas. Esto no puede ser real. Me acerco al espejo y de cerca veo dos rayas verdes en forma de ojos y el contorno todo irritado y la piel seca. Las lágrimas caen y caen y caen y caen y caen, unas tras otras y las venas de la sien se me hinchan fabricando una lúgubre imagen de mi misma. La imagen del dolor. Nada mejor que la expresión del rostro para revelarnos. Tenían razón. El corazón es delator por más corazas que quisiéramos ponernos. Hace unos largos días que me he olvidado como se dormía. He intentado hacer todo tipo de ejercicios para no caer en una explosión de imágenes persecutorias y de mal rollo. Pero no hay caso. El dolor me supera y me quita el sueño, el hambre, la sonrisa. Me posesiona. Toma parte de mí. Las ideas negativas o realistas me sacuden y no me dan tregua. Conozco de qué se trata. Ya mi corazón ha pasado por esto antes. Amar así me hace mal. Pero, que amo cuando amo? Es esto significado de amar? Pero por favor… el amor tiene que ver con el dolor? No siempre. Pero en mi caso el amor es doloroso. Se juega el desamor. Cierro los ojos y solo veo tu efigie. Tu pelo dorado y tus piernas altas. Tu espalda y los lunares de tu espalda. Cierro los ojos y te veo brillante sobre la playa. Pero no estas solo. No puedo reconocer los otros rostros. No tienen caras. Pero yo los veo. Imagino un sinfín de se situaciones lamentables que no me conducen a nada diferente. Solo conducen al sufrimiento. Van por ese camino y se empantanan allí y así me siento, estancada como un río podrido que no encuentra su cauce, su destino. El río esta contaminado y cada día huele peor. Encontrara alguna desembocadura al mar? Mis amigos me dicen que me olvide. Que pare de llorar. Que no vale la pena. Que todas las oportunidades de esta crisis están conmigo ahora, pero yo no escucho. No puedo escuchar, ni remediar. Soy ciega, sorda y muda y no escucho nada más que a mi corazón. A las palabras se las lleva el viento. El mismo que te llevo a ti y me dejo a mí como el agua estancada en la pena… urgente, si alguien sabe: solicito una flecha en la oscuridad!!!
27/2/10
25/2/10
SOLEDAD

La soledad siempre estuvo presente entre los dos. La tuya y la mía por separado. La tuya y la mía juntas. El pretender de todas formas, ser parte de tu soledad. El hacerme amiga de esta, ahuyentarla y molerla a golpes. Me acuerdo con infinita tristeza y enorme melancolía, las veces que me dejaste sola y que te deje solo. Como esta. Ya hubo otras. Otras soledades compartidas. Recuerdo con conmoción intacta aquel verano que nos conocimos en aquella isla del color de tus ojos y sobre todo la ultima tarde que pasamos juntos en tu casa de Mitjorn prometiéndonos un futuro inmediato encuentro en la ciudad. Y por esas casualidades que ofrece la vida, esa misma noche te encontré derribado sobre un banco en la plaza de San Ferran y te recogí como pude y te lleve a mi casa, te saque la ropa y te acosté en mi cama mientras que con un lápiz rojo te escribía una carta revelándote todos mis planes contigo y tu dormías o soñabas y cuando se hicieron las cinco de la mañana te despertaste y me rogaste por favor que no me fuera, que me quedara contigo y con todo el dolor del mundo te dije adiós y a las seis de la mañana me subí al barco que me llevaba hacia Ibiza y en toda esa demencia de conocerte, ya te estaba abandonando, dejándote solo en esa cama, dejándote solo en tu isla, dejándote en la mas dominante y aguda soledad. Y me fui. Pero para volver. Y en otra ocasión, unos años después, al regresar de Roma, con todas las ansias de tenerte entre mis brazos y degustarte, corrí hasta tu casa que todavía no era mi casa y te golpeé la puerta hasta sangrar la mano y no logré que la abras, y allí estabas, detrás de esa puerta, oyendo mis llantos y plegarias y aun así, no la abrías y entonces te deje la caja de bombones que te había traído y una camiseta de Leonardo Da Vinci, en una bolsa sobre tu puerta y una carta y me fui fragmentada del dolor sintiéndome muy sola como me siento ahora. Y la soledad otra vez se interpuso entre nosotros. La distancia como esfera común y la libertar para marchar, la libertad para enclaustrarse, ambos supimos construir. Y las veces que me fui de Barcelona dejándote solo en ese piso con todas nuestras cosas y las veces que te fuiste de Formentera dejándome sola con todo nuestro universo y en el presente otra huida, otra fuga, otra escapatoria y entonces otra vez la soledad…
Esto no puede ser real. Menos mas que esta nublado…
Esto no puede ser real. Menos mas que esta nublado…
20/2/10
P A R T Y ?

Es sábado a la noche en la ciudad de Buenos Aires. Son las tres de la madrugada y camino por Palermo donde todos los bares están abiertos y hartados de gente buscando un poco de risa, sonrisa, huida de la realidad o diversión pura y dura. Estoy en Niceto Vega. Hay muchísimos bares nuevos o que yo no conocía. Entro al Roxy Live, a la Instant Kissing Party. Suenan los DJ de turno. Ya no soporto la música electrónica en grandes dosis. Necesito canciones con letras y melodías con alma que me devuelvan el suspiro. Hay poca gente. Gente sin swing. Me siento en un sillón de cuero duro. Me aburro rápido. Me encuentro con gente de los noventa. Con gente que conozco desde los 16 años y tanto. “Pasa el tiempo” me recuerdo a mi misma. Pasa el tiempo, voy, vengo y la gente esta básicamente igual. No veo un cambio. Ni un pequeño esbozo. La canción sigue siendo la misma, como gritaba Led Zeppelin. Me quedo con una amiga. Damos vueltas y sopla el viento. No pasa nada. ¿Que quiero que pase? No encuentro emoción alguna y nos vamos a una fiesta en una sala de ensayo sobre la calle Charcas. Entramos. Hay mucha gente. Chicas con caras de estudiar teatro. Chicas que parecen sacadas de “Liberarte” función trasnoche. Chicos que tocan o aspiran a tocar instrumentos. Mucha birra-cerveza-beer suelta. Mucho olor a transpiración, bocas pintadas de rojo carmesí y carteras de plástico. Como la noche; de plástico. Noche sin alma, sin poesía, sin rock, sin colores, sin alegría, sin emociones fuertes, sin pasión, sin fuerza, sin novedad, sin mi, sin ti, sin todos mis amigos, sin el mar de Formentera que echo de menos, sin magia, sin luna, sin sol, sin despertares, ni madrugadas, en fin, otra noche en la tierra de los llamados seres humanos con grandes problemas de comunicación y cráteres de agua profanando la noche…
16/2/10
A Pique
Luego de la playa, los morros, la vida sana y Brasil, vuelvo a la magnifica ciudad de Buenos Aires donde la mayoría de sus habitantes comerciantes te esperan para hincarte los colmillos lo mas profundo, chuparte la sangre y hundirte el puñal. Así que aquí estamos de nuevo en la big city que instaura niños que consumen pako en todas las esquinas y les da como casa unos cartones mojados. Aquí seguimos en una Buenos Aires que se sigue cayendo a pique pero ante los ojos de los turistas montan shows de tango y prenden las luces del Puerto Madero para iluminar mejor la carne del mejor asador. Aquí, en una Buenos Aires que amo y detesto y me da pena y me da bronca el mal funcionamiento de todo en general. Aquí estamos en otra nueva casa temporal sobre el pasaje Tres Sargentos frente al Bar- Baro bar, rodeada de sitios para almorzar que cuentan con infinidad de menúes donde la gente consume apurada su trozo para regresar a las oficinas con el estomago lleno. Aquí, por alguna extraña sinrazón de una noche desequilibrada, en el pleno centro de la ciudad de Buenos Aires, esperando a algún Mesías que nos ofrezca algún cuadro mejor. Y los días de 37 grados pasan y el Mesías no aparee y aparecen las botellas de whisky, la incomunicación y el trago amargo. Florece la poca diversión, la repetición, la muestra de Andy Warhola en el M.a.l.b.a, el derroche del sin sentido, la falta de limites, la indecisión, el que hacer, el deber, la obligación, el quedarme, el volverme pronto, el ser, el no ser, los brazos que me alimentan y también me destruyen: “Todo lo que te alimenta te destruye” y así vivimos constantemente alimentándonos de la ilusión; futura destrucción y sin reconocer el punto exacto donde hay que frenar, donde deberíamos haber frenado hace muchos años cuando la vida aun era dulce…
13/2/10
BUZIOS

Estoy en Brasil con B. Más precisamente en Buzios. Una península que la llaman isla y en definitiva, de isla no tiene nada. Solo una apariencia, una brisa. El clima es sofocante, un calor como a presión, bien de trópico, con poco aire y pesado. Las playas son bonitas, pero están abarrotadas de gente. En temporada de verano es un sitio muy turístico donde no entra ni una sombrilla más. Una al lado de la otra. Sombrilla. Sombrilla y gente blanca, de mejillas sonrosadas, que se pone colorada con el sol. Buzios se divide en sectores geográficos que marcan la diferencia. En la entrada de Punta Rasa, podemos encontrar pocas posadas y gente venida a menos, con una playa muy ventosa y muy pocos hoteles. La ruta principal esta muy transitada por las combis que hacen el trayecto hacia el centro y demás playas y por los autobuses que son muy antiguos y hacen mucho ruido. La gente casi no va en bicicleta y camina poco. Todo el movimiento es a motor. Estamos en el Ariau hotel, en Bahía Formosa, no esta mal, tiene playa privada y una piscina que nos convence más allá de la ubicación. El desayuno es el típico brasilero: Mango, maracuyá, sandia, melón y demás frutas tropicales. En la entrada del hotel hay una estatua de un caballo que nos hace mucha gracia. Es curioso. No se que representa un caballo en el medio de la ruta. En fin. B esta más tranquilo. Tiene un plan deportivo para cada día. Plan que no se si podrá llevar a cabo. Bajamos al centro en la combi brasilera que nos cuesta dos reales y llegamos hasta la Playa de los Amores, luego caminamos por Ossos, y por el camino de la estatua de los pescadores en el mar y la de Brigitte Bardot. Hay una leyenda mito con Brigitte. Dicen que en los años sesenta se enamoro del sitio y se quedo a vivir por aquí una temporada. Los habitantes en su honor construyeron una estatua de bronce donde se puede ver a una Brigitte completamente dorada con su cabellera rubia, con aspecto despreocupado y delgadísima. Lo curioso de la leyenda urbana es que muchísimos bares rinden homenaje a su nombre y se llaman así: Bar Bardot. En definitiva no se que pensara Brigitte de la Saint Tropez Brasilera. Mito. Mitos y más mitos. Seguimos la ruta del día y terminamos en la playa de Joa Fernández. Preciosa pero con miles y miles que luchan por un trozo de arena. Nos vamos. Alquilamos un boggie descapotable gris que tiene motor de escarabajo y se llama “Baby”. Damos vuelta por toda la isla una y otra vez. Cuando cae la noche tenemos los brazos totalmente rojos por el descapotable y somos doradamente felices…
DestinoIncierto

Ha pasado el tiempo. Diría que bastante tiempo desde la ultima vez que me detuve a garabatear algunas líneas. Líneas que quizá no tengan ningún sentido o el sentido que la gente que lea quiera darle. Todo ha sucedido de una forma muy al límite. En los últimos meses he dormido en muchas, muchísimas camas diferentes. He vivido en un piso maravilloso frente al mar de la Barceloneta que tenia una luz que rajaba la tierra entrando cada día por los ventanales y de esta forma abrigando al dulce invierno donde con B cenábamos fetas de salmón y queso Filadelfia hasta el hartazgo. Luego nos mudamos al piso 19 del “Hotel W”, un sitio de súper lujo y diseño, con forma de vela y una vista maravillosa y pasamos algunos largos días lluviosos y España entera se congelaba y la nieve caía junto con la llegada de la navidad que celebramos a nuestra manera. Y luego nos pasamos a otro hotel, al Western 54, también en la Barceloneta para reducir y bajar un poco el Statu quo, que comenzaba a traernos grandes problemas. Y así pasamos los días, en una confusión mental atroz, trazando grandes y pequeños delirantes planes muy diferentes cada día: Unas vacaciones en Playa del Carmen, submarinismo en Tailandia, profesorado de ski en algún valle nevado, una barra de alcohol en Pinamar, una autocaravana para recorrer la fría y nevada Europa, viajar por las Sant Vincent island en algún barquito, tomarnos unos ron en cuba y pasear en coches antiguos, en fin: una suma de delirantes y explosivos planes en nuestra mente. Y así pasamos los días, encerrados en una habitación de hotel, hasta que nos decidimos por Buenos Aires. Y ahí estábamos el último día del año subiéndonos a un avión que trece horas después nos dejaba en la Republica Argentina. El país que no miramos o el que yo he visto y amado tanto y B no conocía y anhelaba conocer. Y en esa ciudad maravillosa con tantos árboles me he encontrado con mis afectos y flores y amigos y soles. Así que aquí estamos, otra vez en el verano. Comenzando el verano de nuestras vidas…
Suscribirse a:
Comentarios (Atom)