15/5/12

TRAnce Zombie

En medio de la noche me pregunto: ¿No sera que perdí la voz? Mi voz interna quedo en off o quizá en stand by. Intento darle play pero los sentimientos no me llevan a nada. Son pensamientos inconsistentes. Historias débiles que quizá debería potenciarlas como a mi yo que tengo abandonado. El deseo esta dormido. Esta anestesiado. Esta pero no esta. Se esconde de los males del mundo, de las habladurías. Se volvió tímido y sin ellos uno no avanza. Pero avanzar ¿hacia donde? ¿hacia el placer? ¿hacia el dolor? ¿la separación? ¿el confort? ¿es esta la evolución?
Han pasado tres meses de todo aquello. Aquella extraña vida que llevo en Formentera. Estoy en Buenos Aires, mi ciudad preferida por las noches. Pienso en Europa pero pienso como en una tarjeta postal. La pienso como una turista. Se que soy una pasajera en trance. En transito perpetuo. ¿Trance Zombie?



Pienso en mi ser dividido entre dos continentes. ¿Debo quedarme o debo irme? Cantaba The Clash. Y yo que me quedo que me voy. Me voy y me quedo pero al final no me quedo en ningún lado.¿Donde habría que quedarse? En mi. Esta claro. Ahi es donde me quedo atrapada, en mi. Bs As me ofrece una abanico de posibilidades, como consumidora social, puedo ver buen cine, buen teatro y tomarme ricos vinos pero no puedo escapar. Ni aquí ni allí. Huí de B como huí de mi. De la misma forma. "The runaway V project"
Quizá debería sacrificar el placer del mediterráneo y quedarme aquí. Quizá debería ponerme a escribir en serio. Estudiar e investigar mas, pero me boicoteo pensando que quiero pasear por Sorrento y por toda la costa amalfitana, volver a visitar a mi familia en Calabria, tomarme un barco a Sicilia y seguir viviendo en las nubes.
Quizá debería, pero el deber nunca fue mi aliado. Es que he dejado de tomarme la vida en serio. Sera ese mi problema.
 ¿Que no me tomo la vida en serio?

27/3/12

Hanna




Las playas de Mitjorn en octubre se quedan vacias. El km 8.9 se convierte en una pasarela de arena invisible. Ya no hay nadie.
Los turistas se han marchado. Solo se ha quedado el viento y B habitando el hermoso bosque. Ser parte de la naturaleza es una tarea maravillosa. Caminamos docientos metros y tenemos el mar y mas alla, el mar. Miremos donde miremos, siempre esta el mar y a lo lejos, el faro y su suave luz. Los dias sucedian asi: Nos perdiamos en el bosque, corriamos hacia la playa, haciamos el amor en embarcaderos desiertos, visitabamos casas vacias, fotografiabamos el amanecer y los atardeceres, nos tirabamos en la arena toda para nosotros dos, comiamos pescado y no pensabamos en nada. Mientras alternabamos nuestro descanso entre la Mercedes modelo setenta y nueve y la casa. De la furgo a la cama rodeados de bosque, olor a bosque, a hierbas, a pino, pinazas, refugiandonos del mundo en nuestra realidad paralela color turqueza.
La furgoneta resulto ser fabulosa. Realmente de fabula. Tiene la misma edad que B y es alta y larga como el. Es el mejor Vans Driver que conoci en mi vida. Le queda de fabula. Por supuesto, tenia razon. Estaban hechos el uno para el otro. (Es la casa mas maravillosa donde vivi en mi vida) ¿Qué queria contar?
Que los proximos tres meses pasaron como un huracan endiablado que deja rastros, rostros ensangrentados y un desolado vacio.
Y ahí estabamos viviendo otra vez la pesadilla idilica que nos acompaña por los siglos de los siglos, Amen. Nada nuevo bajo el sol. Es fastidioso, cuatro meses despues, intentar recordarlo todo. Algo memorable para mencionar fue la mañana que nos cruzamos a Ibiza en busca de Hanna. Una border collie preciosa que adoptamos. De pelaje peluche blanco y negro y todo el amor para dar. Una perrita maravillosa que nos ilusionaba la vida y los dias felices transcurrian yendo en bicicleta con Hanna en el  carrito, sacarla a pasear, enseñarle a correr por la playa y criar a una verdadera cachorra ibizenca y asi nosotros podiamos darle tregua a nuestro ser, a nuestro ego y a nuestro mayor desafio de estar juntos. ¡Que hermosa era! ¡Hanna, Hannita, Hani Hani de mi alma! ¿Dónde estaras ahora? ¿Quién te dara de comer?
Entonces todo sucedió. El encierro se volvio insoportable. La falta de respeto gobernaba el ambiente y la locura se apodero nuevamente de estos dos seres ultraatomicos sencibles y dramaticos-tragicos hasta la medula. El probervio chino tiene razon: “Ten cuidado con lo que deseas” Pues mi sueño de vivir con B en esa casa del bosque se volvio mi peor pesadilla de todos los tiempos. Todo comenzo a darme asco. Literalmente asco. Veia cada ambiente de la casa (que tanto adoraba) como el sitio ideal para el crimen ferpecto. Llege a odiar esa casa con todo mi ser. Solo queria que se prenda fuego con B adentro y sus pateticas botellas.
Y asi fue, cuando el ultimo dia del año, me tome el palo, huyendo bruscamente hacia mi… y volvi a existir.

20/3/12

MPM




Hace un año atrás, mi psicoanalista me decía que iba a dejar de atenderme, si continuaba hablando sobre B. Un año después ya no hablo sobre B ni voy más a la analista. De hecho, hace casi cinco meses que no hablo de casi nada. La conclusión es que paso el tiempo, insignificante, y deje de hablar, más bien de escribir pero hoy cogí un lápiz negro que me compre en el Museo Picasso Málaga y comencé a hacer movimientos con los dedos y así evacuar los sentimientos, recuerdos obsesivos. Me gusta mucho volver a escribir en una hoja en blanco con un lápiz negro que dice MPM y tiene una punta deliciosa y goma blanca. Soy feliz con mi lápiz negro. Está lloviendo tormentosamente y el viento juega encantado de la vida. He estado pensando en el blog que solía escribir. En este. Al releerlo, me alegro. Me gusta leerme y verme atravesando grandes olas y cambiando de ciudades, continentes, piel. Me gusta reencontrarme con la intensidad de la emoción a flor y con mi ex obsesión favorita que me desfavorece. En mi casa suenan “Los niños mutantes” versionando a Raphael, con la fabulosa versión “Como yo te amo” y me pongo a canturrear así: 

Yo!! te amo con la fuerza de los mares,
yo, te amo con el impetu del viento
yo, te amo en la distancia y en el tiempo
yo, te amo con mi alma y con mi carne
yo, te amo y su mañana
yo, te amo como el hombre a su recuerdo
yo, te amo a puro grito y en silencio
yo, te amo de una forma sobrehumana
yo, te amo en la alegria y en el llanto
yo, te amo en el peligro y en la calma
yo, te amo cuando gritas cuando callas
yo te amo tanto yo te amo taaanto yooo..!


 Es una gran canción. Y así fue, cronológicamente hablando, si es que el tiempo significa algo, que luego de recorrer Andalucía engañada mente, regrese a Barcelona para intentar una new life pero el intento solo duro cuatro semanas y ni quiero escribir sobre esas “cuatro” porque fueron completamente aburridas y tediosas donde mi ambición por el juego se magnifico al punto que en el casino de Barcelona me dieron la tarjeta plateada con mi nombre y apellido. Y está claro, que en esta etapa de mi vida, el juego como una metáfora perfecta a mi evasión del ser y el deseo y también el disfrute al oprimir los botones de las maquinas tragaperras o tirar fichas en números rojos o negros, pares, impares. ¡DIOS! ¿DIOS?
Entonces una vez más, por tweentygesima vez, volví a tomar un barco y regresar a FORMENTERA, la ISLA DEL DEMONIO.
Y claro, ahí estaba B, esperándome, a su manera, en su casa del bosque de Mitjorn, rodeado de pinos, romero, tomillo y no podía faltar nunca, el condimento de la locura. Cuando me acerque a la puerta, salió con una cabeza de sardina en la mano, la cara llena de pan rallado y su torso desnudo. Estaba más hermoso que nunca. Con sus labios súper gruesos rojizos atardecer. Los hombros le brillaban y el pelo caía sobre sus mares azules de ojos. ¡Cuánta belleza insoportable! Y así se inició, una vez más, el reencuentro entre dos seres que se aman y odian profundamente hasta el infinito. Y todo sucedió…
El tiempo se detuvo. Salió la luna de hiel y brillo solo para nosotros dos. Los pájaros cantaban. El viento chiflaba. Las flores se abrían. El mar enfurecía. Las estrellas alumbraban mientras que nuestros cuerpos se fundían ardientes en un solo suspiro cubierto de pasión… ¿esperanza?

12/10/11

Nerja. Málaga.Granada.Nerja



Quiero escribir: “Y tiritan azules los astros a lo lejos” o “La bese tantas veces bajo el cielo infinito” o “Es tan corto el amor y tan largo el olvido” o cualquier oración de aquel poema. Recuerdo tenerlo escrito como dedicatoria en una agenda de “Hello Kitty”. Tenía trece años y todo era poesía. Al final del poema decía: “Para mi amor Vanessa, ojala pueda guardarlo” Y luego su firma.
Me he pasado meses creyendo que mi novio de ese entonces me había escrito el mejor poema del universo. Un buen día llegaron a mis manos los libros de poesía de Neruda y se me vino el mundo abajo. ¡No era suyo! ¡Ni para mí! ¡Ni nuestro! En definitiva era para todos los amantes… “De otro será, de otro, como antes de mis besos”
Entonces luego de Valencia me he marchado al sur de España, a  Andalucía por primera vez. Aterricé en Málaga y me he quedado unos días en un pueblo llamado Nerja. Un pueblo pintoresco, con colores gratificantes, el balcón de Europa y jubilados noruegos, suizos, de alto rango. Una manada de gente de la tercera edad se abalanzaba entre sus laberínticas calles haciendo de mi una mas. Días de reposo y revolución mental. Días de caminar bordeando el río para acabar en el mar. Días de barco de chanclete y sol. Días Nerjenianos de lecturas de argentinos que viven en Europa. “Viajar sin ver” de Andrés Neuman y “Nosotros los no escritores” de Lorena Chanes. Días y días y días, solo días y días en donde subo a un autobús de Alsa y en dos horas llego a Granada. Tomo el autobús del pueblo hacia el centro de la ciudad y visito la calle Elvira donde me siento a comer un menú árabe. Luego camino mucho y subo al embrujado Albaycin, barrio con raíces moriscas, cuevas y súper cuevas, patrimonio de la humanidad, mucho color, historia y encanto y turistas, muchos turistas, como yo. Calles estrechas con olor a jazmín llenas de buganvillas, (flores preferidas de B) y unas vistas alucinantes a la Alhambra. Luego camino por el otro gran barrio que esta muy cerca, el Sacromonte, famoso por sus cuevas de gitanos y me dejo perder hasta caer la tarde y subo la cuesta y desemboco en la Alhambra y me pierdo durante horas en sus jardines, castillos, flores, palacios, fortalezas y sueños nazari y maravilla musulmana que genera un paisaje nuevo, una escenario completamente diferente donde vivir. Así que aquí estoy en Granada, soñando con sus calles y en como me gustaría que estés aquí compartiendo estos colores y este aire y estas flores y este túnel del tiempo que va directo a la eternidad…

3/10/11

Valencia - Gandia


Y una vez más he abandonado la isla llevándome conmigo todo el equipaje. Llámese: carga emocional, peso pesado, municiones, granadas a punto de detonar y bombas molotov Express. He cogido el barco en el puerto de Formentera con destino a Denia donde mi amiga Carol espera por mí. Lo que iba a ser un viaje breve y agradable término siendo una mini pesadilla vomitiva. El clima cambio de repente y una tormenta de viento feroz se desplomo sobre el mediterráneo. Las olas se agigantaron y el movimiento fue continuo como si flotásemos en una balsa de madera en pleno temporal. Me he pasado las cuatro horas con nauseas espantosas y vomitando sin parar. ¡Vaya encanto de viaje! Se podía ver a la mayoría de la gente con su bolsita en la mano echando vómitos por todo el barco. Vamos, una delicia de viaje lleno de bilis.
Llego al puerto de Denia de noche y estoy en un estado nauseabundo y galáctico. Sacudida por las olas, camino por la calle como una zombie y me subo directo al coche. Carol es un encanto y no para de hablar. Tiene un ritmo acelerado que me hace gracia como las situaciones aterradoras que cuenta que también me hacen gracia porque me siento muy identificada y solo puedo reírme, esta claro, que de nosotras mismas. Carol toca el violonchelo y esta pérdida en Gandia, un balneario de playas grandes, restaurantes y bares vacíos y personajes de la tercera edad que buscan calidad de vida. Gandia no esta mal. Se respira algún tipo de sosiego y es justo lo que estoy buscando en estos días. De todas formas, creo que pasara ante mí, sin pena ni olvido. Aunque siempre recordare Gandia por Carol.
La rutina fue simple. Comer. Intentar dormir, Ver películas. Leer libros. Volver a comer y andar en bicicleta. De todas formas, se que no hay nada que se pueda hacer para aliviar el dolor cuando este se ha metido muy adentro. Con Carol trazamos grandes planes imaginarios: Viajes por el mundo. Volvernos ricas con el juego. Mandar a todos los hombres a tomar por culo. Convertirnos en poderosas croupiers y bailar coreografías al estilo Britney Spears en un hotel All Inclusive de Las Vegas. Luego deliramos con el casino profundamente y terminamos cada noche apostando plenos rojos en la ruleta del casino de Gandia. Entre plenos y semiplenos, rojos y negros, impar y par y primeras docenas nos pasamos las noches entre personajes borrachos y chinos apestosos desorbitados por el juego que apostaban sin parar  cientos de euros cada vuelta. Y así entre ganancias y perdidas, matábamos la angustia angustiándonos el doble por el pequeño vicio de cada noche: “Hagan juego señores”
Resumiendo: Así nos pasamos más de diez días, entre Valencia y Gandia. Abrazándonos a los árboles en el botánico de Valencia, mirando exposiciones en el IVAM, caminando por El Carmen, perdiéndonos por Rufaza, viendo pisos que nunca íbamos a coger, dando clases de chelo en la escuela de música, visitando la filmoteca nacional, mirando El inquilino de Polanski (cuatro o cinco veces en la misma semana) y pensando solamente en rojos y negros…

2/10/11

C est La Vie



Ninguno de los dos esta bien de la cabeza. Es evidente que el problema no es solo suyo. Es la destructiva conjunción de ambas personalidades. Es una atmosfera que se alimenta en cadena y o en círculos viciosos. Ojala aprendiese a ser un espiral. Pero no, siempre el puto circulo que no me lleva más que a seguir los puntos de la circunferencia para volver a lo mismo. Mi maestro de teatro Norman, decía que había que vivir en espiral y dibujaba formas de espirales sobre el pizarrón mientras que dividía las escenas. En ese entonces, yo no entendía mucho lo del espiral, podía imaginármelo, pero no entendía mucho de lo que estaba hablando, claro, tenia diecinueve años y me comía al mundo. Hoy en día, pienso que el mundo me ha comido a mí o que yo me deje comer por el mundo. En fin, lo que quería contar que mi relación con B no ha funcionado una vez mas. Se ha hecho polvo y ha quedado reducida al placer del polvo. Eso no se ha perdido y calculo que no se perderá nunca. Muchas peleas fuera de si, mucha violencia emocional y malentendidos estresantes día a día sumados a mis ataques de celos y posesión que me desequilibraron como cuando tenía quince años. C´ est la vie. Creo que no se amar de otra manera. De una manera pacifista desapasionada y normal como aman algunos europeos. Voy a buscar algún curso para aprender a amar como ellos. Amar con distancia y frialdad y mucho egoísmo sobretodo.
Nos hemos despedido espantosamente en un hotel de Ibiza. Lo que iba a ser una noche llena de encanto se convirtió en una sala de urgencias de cualquier hospital. B se ha pasado la noche vomitando tras una intoxicación con Gambas que nos comimos un día antes en El Pelayo. Además de vómitos, ha tenido treinta nueve grados de fiebre y diarrea toda la noche hasta las cinco de la mañana, hora que logro dormirse. Por lo tanto, me la he pasado cogiendole el pelo en el baño para que vomite y poniéndole la mano sobre la frente con paños de agua fría hasta que se durmió. Nada de noche de rosas y sexo desenfrenado. Ha sido una noche de perros. Y así, nos dejamos ir, prometiéndonos un reencuentro quizá mas adelante. Así diciéndonos que nos perteneceríamos para siempre mas allá de que nos acostemos con otros y tonterías del para siempre jamás. Al otro día, un poco más aliviados y menos enfermos, hicimos el amor una vez más y nos despedimos. B cogio un avión en el aeropuerto de Ibiza y yo volví a subirme al barco para cruzar a Formentera nuevamente. No hace falta escribir que volví a partirme en cuarenta pedazos rotos que explotaban con las olas del cruel y hermoso mediterráneo…

30/9/11

Carne Tremula



Han pasado más de cuatro meses, ciento veinte días, desde la última vez que me senté a escribir o garabatear y darle forma a algunas letras. El tiempo se ha escurrido entre las líneas. Quizá ya no quiera contar mas nada. O no tenga más nada que contar. Da igual la construcción de la oración por que estos escritos no pretenden ser literatura ni semiologia. Estos escritos apuntan a deshacerme de alguna forma de torturas mentales o a canalizar mis sentimientos através de las palabras. He vuelto a huir de Buenos Aires, como estaba previsto. Me he tirado casi seis meses en esa hermosa ciudad donde no he vuelto a encontrar nada más bello que mi familia y mis amigos queridos. Mas allá que ame su encanto de ciudad y salir fuera por las noches y ver conciertos, festivales, amigos y perderme por ahí. No he encontrado la paz que estaba buscando, ni a mi otra mitad, ni un trabajo alucinante, ni na. En fin, he vuelto a España. Una vez más, como en los últimos seis años. Huyendo de una ciudad para luego cuando sea el momento volver a huir de ella para irme a la otra y así sucesivamente formando un círculo vicioso del que no puedo o no quiero salir. Igual por que es más entretenido vivir así, entre escenarios diferentes o por que no puedo quedarme quieta o por que no encuentro motivos suficientes y únicos para quedarme en un solo sitio. No lo se aun. El viajar es evadirse pero de mi misma no puedo evadirme así que me llevo a todas partes. Aunque una parte mía se quede en Buenos Aires y la otra esta por ahí, en el caso si solo tuviera dos partes. Y si existiese la tercera, estaría queriendo estar en otro sitio. En un sitio imaginario construido por mis absurdos ideales de romanticismo y life style.
Pues ahí vamos otra vez, a Formentera, la isla de mis amores, la isla que adore por temporadas, la isla mágica que deteste intrínsicamente. Allí otra vez para encontrarme con B y volver a vivir al limite y esta vez on the road. Volver a vivir las locuras del amor -no amor que nos acompaña. La obsesión por el placer que nos alimenta y todos los delirios cósmicos inimaginables a su lado. Me he pasado día a día cocinando y durmiendo en una hermosa furgoneta Mercedes del año setenta y nueve con una cama de dos plazas con vista siempre al mar. Me he pasado horas abriendo los ojos por la madrugada solo para ver el mar que entraba por la ventana y la luna que alumbraba. Han sido días maravillosos y terroríficos. Como es nuestra relación. Ha sido un flotar junto al universo y junto con la paz de Formentera en un lugar turquesa y rojo para nosotros. El mejor y el peor escenario que me ha tocado para vivir una gran pasión. A pesar de los años, la pasión sigue intacta entre nosotros, al igual que el odio que nos tenemos. Me ha tocado vivir algo muy difícil de controlar o manejar. La razón nunca ha sido mi aliada en este trance de mi vida. La pasión por el cuerpo se ha hecho más carne trémula. Y si, mi carne es débil y mi mente sorda y mentirosa…