20/3/12

MPM




Hace un año atrás, mi psicoanalista me decía que iba a dejar de atenderme, si continuaba hablando sobre B. Un año después ya no hablo sobre B ni voy más a la analista. De hecho, hace casi cinco meses que no hablo de casi nada. La conclusión es que paso el tiempo, insignificante, y deje de hablar, más bien de escribir pero hoy cogí un lápiz negro que me compre en el Museo Picasso Málaga y comencé a hacer movimientos con los dedos y así evacuar los sentimientos, recuerdos obsesivos. Me gusta mucho volver a escribir en una hoja en blanco con un lápiz negro que dice MPM y tiene una punta deliciosa y goma blanca. Soy feliz con mi lápiz negro. Está lloviendo tormentosamente y el viento juega encantado de la vida. He estado pensando en el blog que solía escribir. En este. Al releerlo, me alegro. Me gusta leerme y verme atravesando grandes olas y cambiando de ciudades, continentes, piel. Me gusta reencontrarme con la intensidad de la emoción a flor y con mi ex obsesión favorita que me desfavorece. En mi casa suenan “Los niños mutantes” versionando a Raphael, con la fabulosa versión “Como yo te amo” y me pongo a canturrear así: 

Yo!! te amo con la fuerza de los mares,
yo, te amo con el impetu del viento
yo, te amo en la distancia y en el tiempo
yo, te amo con mi alma y con mi carne
yo, te amo y su mañana
yo, te amo como el hombre a su recuerdo
yo, te amo a puro grito y en silencio
yo, te amo de una forma sobrehumana
yo, te amo en la alegria y en el llanto
yo, te amo en el peligro y en la calma
yo, te amo cuando gritas cuando callas
yo te amo tanto yo te amo taaanto yooo..!


 Es una gran canción. Y así fue, cronológicamente hablando, si es que el tiempo significa algo, que luego de recorrer Andalucía engañada mente, regrese a Barcelona para intentar una new life pero el intento solo duro cuatro semanas y ni quiero escribir sobre esas “cuatro” porque fueron completamente aburridas y tediosas donde mi ambición por el juego se magnifico al punto que en el casino de Barcelona me dieron la tarjeta plateada con mi nombre y apellido. Y está claro, que en esta etapa de mi vida, el juego como una metáfora perfecta a mi evasión del ser y el deseo y también el disfrute al oprimir los botones de las maquinas tragaperras o tirar fichas en números rojos o negros, pares, impares. ¡DIOS! ¿DIOS?
Entonces una vez más, por tweentygesima vez, volví a tomar un barco y regresar a FORMENTERA, la ISLA DEL DEMONIO.
Y claro, ahí estaba B, esperándome, a su manera, en su casa del bosque de Mitjorn, rodeado de pinos, romero, tomillo y no podía faltar nunca, el condimento de la locura. Cuando me acerque a la puerta, salió con una cabeza de sardina en la mano, la cara llena de pan rallado y su torso desnudo. Estaba más hermoso que nunca. Con sus labios súper gruesos rojizos atardecer. Los hombros le brillaban y el pelo caía sobre sus mares azules de ojos. ¡Cuánta belleza insoportable! Y así se inició, una vez más, el reencuentro entre dos seres que se aman y odian profundamente hasta el infinito. Y todo sucedió…
El tiempo se detuvo. Salió la luna de hiel y brillo solo para nosotros dos. Los pájaros cantaban. El viento chiflaba. Las flores se abrían. El mar enfurecía. Las estrellas alumbraban mientras que nuestros cuerpos se fundían ardientes en un solo suspiro cubierto de pasión… ¿esperanza?

No hay comentarios: