Me siento como un perro que se mete en la cama mientras su amo duerme y que de a poco va ocupando todo el espacio hasta que el amo despierta y quiere sacarlo o moverlo para poder dormir y volver a la posición que estaba y el perro insiste en que localizó su lugar y se aferra a el y se obsesiona con ese área y no quiere salir y comienza a gruñir y refunfuña de tal forma que el amo se aterroriza, duda, desconfía, intuye que no va a morderlo, pero en el fondo tiene miedo de que despierte su instinto animal y termine hincándole todos los dientes en el cuello y que al final se apodere de la cama.
Así me siento yo, como ese perro que manda a su amo. Como una esclava de su amo, pero en el fondo el amo no es nada sin su perro. Soy un perro (búfalo en el chino) y releo a Jodorowsky en la casa de mi amo, mi perro. Todo es muy curioso. Es un libro que B encontró en una playa de Levante en nuestra querida isla cuando aun nuestros destinos no se habían cruzado. Luego como dos aguas que corren por el mismo río, ahí estábamos, B y yo, cruzando nuestras vidas por la misma isla. Y unos años mas tarde ahí estaba yo en la carretera de Cala Sahona haciendo auto stop cuando un coche se detuvo por mí y me abrió sus puertas. Me senté detrás y alguien comenzó a hablarme. Su voz me sonó familiar. Al mirar por el espejo retrovisor, me quede de piedra: era el autor del libro que releo una y otra vez en la casa de B: “Si tiras una piedra hacia el infinito, esta caerá en tus manos”. “Todos los actos que hacemos tienen un eco el universo”. Y frases de ese tipo que me hacen mucha ilusión: Jodorowsky, B, Formentera y Yo por el mismo río de mi vida.
Continúo con el libro y voy encontrando rituales maravillosos, super potentes, compuestos de delirios que al final hacen un printing en el inconciente. Una marca sanadora. Cierro el libro y una luz invisible se vuelve a encender dentro de mí. En fin, estoy necesitada de fuerza, coraje, rituales y valentía para transitar estos últimos días junto a B en nuestra danza de la realidad…
Así me siento yo, como ese perro que manda a su amo. Como una esclava de su amo, pero en el fondo el amo no es nada sin su perro. Soy un perro (búfalo en el chino) y releo a Jodorowsky en la casa de mi amo, mi perro. Todo es muy curioso. Es un libro que B encontró en una playa de Levante en nuestra querida isla cuando aun nuestros destinos no se habían cruzado. Luego como dos aguas que corren por el mismo río, ahí estábamos, B y yo, cruzando nuestras vidas por la misma isla. Y unos años mas tarde ahí estaba yo en la carretera de Cala Sahona haciendo auto stop cuando un coche se detuvo por mí y me abrió sus puertas. Me senté detrás y alguien comenzó a hablarme. Su voz me sonó familiar. Al mirar por el espejo retrovisor, me quede de piedra: era el autor del libro que releo una y otra vez en la casa de B: “Si tiras una piedra hacia el infinito, esta caerá en tus manos”. “Todos los actos que hacemos tienen un eco el universo”. Y frases de ese tipo que me hacen mucha ilusión: Jodorowsky, B, Formentera y Yo por el mismo río de mi vida.
Continúo con el libro y voy encontrando rituales maravillosos, super potentes, compuestos de delirios que al final hacen un printing en el inconciente. Una marca sanadora. Cierro el libro y una luz invisible se vuelve a encender dentro de mí. En fin, estoy necesitada de fuerza, coraje, rituales y valentía para transitar estos últimos días junto a B en nuestra danza de la realidad…
1 comentario:
realidades son illusiones igual igual baila baila divinaaaa
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