Es un día feriado. Camino por Corrientes. El día esta gris perla. Miro la cartelera teatral y me introduzco en el Metropolitan 2. Veo “Baraka”. Están Marrale, Leyrado, Grandineti y Arana. Me río un rato con el reencuentro de estos cuatro amigos. Con los vínculos del pasado que intentan revivir un presente que ya no se puede construir. Pienso en mis amigas. En las que tuve que ya no tengo. En la unión entre la gente por los intereses comunes. En que las relaciones se basan en los intereses comunes. Termina la obra y el aplauso me emociona. Siempre me trastornan las caras de los actores cuando los aplauden. Sobre todo la de Marrale. Aplaudo y lloro emocionada por la devolución y sus caras. Salgo a la calle. Son las 11 de la noche. Camino por la calle Lavalle. Siento un vacío tremendo. La calle esta rota. Los negocios son ambulantes. Las luces me queman. Venden panchos y hamburguesas quemadas. Venden encendedores con luces y porquerías de todo tipo. Hay muchos homless que intentan dormir en cajas. Hay más realidad. De la misma. De la que hubo cuando deje este país. Hay mucha más. Más miseria. Sigo caminando hasta el 600 de Lavalle y me meto en un bingo. Entro. Esta todo alfombrado de rojo. Las luces son bajas y me entra una depresión galopante. Me siento en una mesa que no esta habilitada y al rato la habilitan. El premio de línea es de 18 pesos. Es un chiste creo. Juego. Juego cartones en el bingo de Lavalle. Me gusta jugar. Sigo jugando y al cuarto cartón grito: “Bingo”. Lo grito bajo por que me da vergüenza por la otra gente que viene jugando desde todo el día. Viene la bandeja con el trofeo de falsa plata y me traen 170 pesos. No esta mal. Recupero dinero. Salgo con un poco mas de animo que con el que entre y vuelvo a recorrer Lavalle. Cuando era chica adoraba caminar por Lavalle y meterme en todas las salas de cine y mirar la cartelera una y otra vez. Me da nostalgia de mi infancia comiendo fuera con mi padre los sábados al mediodía para luego correr y vomitar en el Italpark. Me da una nostalgia alegre igual. Esperar el sábado para llegar al samba, al pulpo, la montaña rusa, los autos chocadores, el tren fantasma, el laberinto y el asesino Matter Home. Vuelvo a Corrientes. Entro y salgo de las librerías y me dejo perder en los libros usados. Me dejo embriagar con el aire de esta calle. Con todas estas carteleras y luces de ciudad anárquica. Camino hasta callao y me voy diez años atrás y me clavo en la Continental y como una pizza a la piedra que en Barcelona no consigo…
1 comentario:
Un feriado de tráfico! Mis feriados suelen ser más tristes y ahora que te leo y me cuentas de tu bsas yo quisiera estar en Barcelona, en algún café, ver pasar a las personas,encontrar(me).
Me gusta el título Borisvianístico. Saludos y que te llueva suerte!
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