19/9/08

El amor me cago la tarde II


Sigo recluida en lo de B. Ya han pasado 17 días desde nuestro irremediable reencuentro. Ahora las horas son segundos y los días minutos. El tiempo juega a la inversa cuando el tirano quiere. No se que día es. Ni que hora. Creo que me llamo Vanessa y que buscaba y rebuscaba esto. Pero es esto realmente lo que buscaba? La dependencia física y espiritual se ha apoderado de nosotros. He dejado de ser individuo. Soy una mujer enamorada que volvió a derrochar la capacidad de reflección para dejarse llevar por el impulso vital. Pienso que debo salir de aquí, pero nadie sale vivo de aquí. Hay una parte mía que no se permite ser feliz innovando la nada. Hay una parte mía que muere. Otra que nace cada segundo. Hay momentos para todo, pero este momento es un círculo vicioso que me hace repetir siempre la misma jugada y no me gusta jugar siempre a lo mismo. Parte y vive o quédate y muere? Cuantas veces tendré que morir por estar al lado de B? El exceso de placer, en todas sus formas, ya me ha hecho morir y resucitar varias veces en esta casa, en este atic del infierno. Es por la tarde, un día nublado, un día gris de septiembre. La terraza esta cubierta de plantas. Muchas hermosas plantas en enormes masetas que nos encierran. Que hacen de este sitio un sitio cercano al paraíso. Abajo la ciudad sigue siendo gris. Gris perla, pero aquí todo es verde. Junto a B todo es verde turquesa Formentera y amarillo sol. Lamentablemente B ha bebido. Ha bebido demasiado la noche anterior y aun un día después continua en la misma fase. Una botella de JB pure scotch whisky se ha dormido en su estomago y ha destrozado mis ilusiones. Esta colocadísimo. Entra y sale. De la terraza al salón. De la cocina al baño. Se mueve sin moverse. Realiza movimientos sin sentido. Fuma 500 petas por minuto. Luego coge los pinceles. Arroja con violencia todas las pinturas al piso y coge el amarillo, el azul. Coge los pinceles y con un cigarro apagado en la boca, dibuja sobre una pared blanca unos peces ciegos. Luego les escribe: “5279” a su lado. Dice que es el nombre de los peces o de los espermatozoides ciegos. Luego dice algo de Blade Runner. Luego hablamos sobre todo el cine que hemos vistos todos estos días. Decimos que somos familia. Y rápidamente todo vuelve a mezclarse: El cine, las pinceladas, los colores, los peces ciegos, la pasión indomable, los hermanos Taviani, el aguacate, el sushi en la cama, las lagrimas de ayer, las mías, las de el, la imposibilidad de construir un gran hogar a su lado, Fassbinder y el amor es mas frío que la muerte, mi corazón y el suyo, los abrazos partidos de alcohol, los abrazos sanos, el niño tímido, el chico pervertido, los cereales en la leche, el demonio vestido de azul con ojos color mal, la tristeza infinita de sus ojos, los míos, Quien eres? Quien soy? Quines somos? Que alguien me lo diga por dios…




9/9/08

El Amor Me Cago La Tarde


Llevo más de una semana encerrada con B. El amor me cago la tarde, el día y la noche. Mi vida se ha paralizado nuevamente en una temporalidad sin fin. Bajo a la calle solo por alimentos nutritivos y vuelvo otra vez a mi nido/cueva/dulce hogar/perro de familia preferido. OH, he ansiado tanto este maravilloso momento que ahora no puedo soportarlo. Tanto amor de golpe es un puño pegándome en la cara una y otra vez. Atrás, como si fuesen siglos de por medio, ha quedado mi bicicleta, el sol de Formentera y toda la historia y personajes de esa isla. Recién ha pasado una semana y mi vida ha mutado. Echo de menos mi vida. La otra. Aquí mi yo se va desvaneciendo lentamente y mi cuerpo se consume sobre el de B. OH te amo tanto B que no puedo soportarlo. Entre desayunos, sabanas, cenas y velas paso el día, la tarde, la noche y la madrugada y el alba. Todo es un anacronismo perfecto. El sueño eterno a tu lado. Las promesas de un sueño embriagador. El vino tinto de ocho euros. Las ensaladas de aguacate y arroz integral y manzana. El despertar a tu lado. Tu cara de las 10 de la mañana. El color de tus bellísimos ojos. La belleza echa carne. La carne consumida. La carne. Nuestra carne que se tritura. Nuestra sangre que fluye por cada centímetro de nuestros cuerpos. Llevo tu olor pegado a mi, pequeño hedonista. Amo este momento y el miedo se va a tomar por culo. Amo este momento para siempre. Quisiera conservarlo. Hacerlo pequeño. Guardarlo en una botella. Meterlo dentro de esa botella y arrojarlo al mediterráneo y dejarle un mensaje: Pedirles a todas las sirenas enamoradas de Ulises que lo cuiden. Que lo reserven. Que no lo ahoguen. Que no lo rompan por favor…


1/9/08

Last Day




Ahora mismo estoy dejando la isla. Estoy en el barco que conecta Formentera con Ibiza. Apenas avanza y ya siento una tristeza inconmensurable. Toda la inmensidad turquesa quedara detrás. Pronto serán un recuerdo todos estos días en el mar. Una foto mental depositada para siempre en el disco rígido de mi alma. Te amo isla. He construido el mejor recuerdo de ti. Que haré yo sin mi isla? La isla aísla y me gusta aislarme de esta forma, en ella. Partir nunca fue fácil. La ansiedad hoy se ha apoderado de mí. Me ha hecho recordar constantemente lo del último día. He pasado la mañana con mi amigo Vincent tirados como perros en el Sun Splash. Hemos comido mozzarella con tomate en SaPlatgeta y una tortilla de champiñones. Luego hemos dados muchas vueltas con su hermosa Land Rover por el cami vell de la mola hasta terminar en el puerto de La Sabina. Me he despedido de mis amigos y me he puesto muy triste por esta etapa que se acaba. Aunque soy yo la que decide esto. El fin de una etapa para el comienzo de otra. Nada será como Formentera nunca, pero de momento no puedo vivir en el mar. Tengo otras necesidades además del mar. Al caer el sol, llego a Ibiza. Hay muchos turistas en la isla blanca. Me gusta llegar y ver el imponente Dalt Vila con sus lucecitas y casitas. Y luego muchas luces, grandes hoteles, modernidad. El divino con sus luces violetas. La tienda del Pacha a tope y yo en mi bicicleta esquivando charcos y grandes maletas a toda velocidad para no perderme el próximo barco que me llevara a Barcelona. He quedado con Alex en el check in de Trasmediterránea. Viajaremos juntos hacia Barcelona. Lo he conocido en el Sun Splash y hemos estado coqueteando mutuamente las últimas semanas. Sobre las nueve cogemos el barco. Es un barco enorme, de unos seis pisos, piscina y discoteca. Esta muy bien. Me gusta abandonar la isla en barco. Es más romántico que coger un avión y en un muy poco tiempo ya estar de cara en la ciudad. Hemos recorrido todo el barco buscando un sitio para pasar la noche y dimos con un rincón bastante hospitalario pese a su cercanía con la bodega y con los aullidos de los perros que van en ella. Luego de la cena abrimos el saco de dormir de Alex y ahí vamos acostados en movimiento constante sobre el suelo del barco mirando las olas por la ventana. A medida que la barca avanza sobre las aguas profundas del mediterráneo nos vamos tocando poquito a poco hasta terminar completamente abrazados. Luego nos besamos y todo lo demás también. El contexto de la situación en movimiento en el barco pedía a gritos ser aprovechado…

Lo siento B.