14/10/08

And then the Angels Forget to pray for us... so long Vanessa


Tarde más de treinta años en enamorarme de Leonard Cohen. De su música, de sus letras, esta claro. Amo a Cohen. Nadie narra tan notoriamente las sensaciones en canciones como Leonard. La turbación que existe en sus canciones expresa afinadamente mi estado de ánimo. Son perfectas. Desde el comienzo al fin. La poesía. La manera en que relata la historia. Su voz. Lo que me va contando. El ritmo. El clima que engendra cada sonido. Estoy tan enamorada de Leonard que voy a utilizarlo como banda sonora de mi vida actual. “And the angels forget prade for us… so long Vanessa…” Pues aquí estamos. Aquí estoy. Sentada sobre un baúl que guarda pinturas en el balcón de B. Miro el cielo. Esta gris. La luna destella de costado. Su luz irradia la oscuridad de la noche y mi rostro esta cubierto de lágrimas una vez más. Estoy agotada de este auto – encierro. Del mal que me estoy haciendo. Del abuso emocional que se interpone entre B y yo. Ya no quiero a B con toda mi alma. Ya no soy tan feliz a su lado. Quiero salir, pero no puedo. Quiero huir de aquí, pero me quedo. Hay una parte mía que goza con la mierda. Hay una parte mía que aun tiene ilusión, pero es inútil. No puede haber ilusión al lado de un toxicómano. De una abusador de emociones, de un vampiro chupa sangre. Siento la misma proporción de odio hacia B como tanto amor. El odio es lo mismo que el amor. El amor es lo mismo que el odio. Hay una débil línea invisible entre ellos. El matrimonio mata al amor. No puedo concebirme felizmente casada. Va por días. Es muy enigmático. Como todo en mi vida. Y ya estoy harta de lo ambiguo. De lo que roza con el límite. De la imperfección. Quiero volar. Conocer más metrópolis. Gente de todo el mundo. Vagabundear por islas. Tener un amor en cada puerto. Quiero caminar. No me gusta el agua estancada. Quiero irme a Nueva York y ver pinturas de Basquiat y Pollock. Quiero dormir en el Central Park y que me detenga la policía basurera. Quiero ver un concierto de Leonard solo para algunos. Quiero otra cosa. Ir a una entrevista en el “Cientology Celebrity Centre” y hacerme pasar por una devota religiosa de la iglesia y delirar con el otro mundo que se respira dentro de la cienciología y llegar a mi casa y morirme de risa una y otra vez. Quiero usar el detector de mentiras que invento Ron Hubbard. Luego quiero irme de copas y besar a Kimber de Nip Tuck. También quiero follarme a Jim Morrison y bailar sobre su tumba. No quiero estar encerrada con B y ser una infeliz/ ama de casa desesperada. Nuestro mundo se viene abajo y en parte es lo que quiero…

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