Justine tiene miedo. Corre una atlética carrera desesperada hacia la nada. Huye con potencia hacia la ausencia. Corre rápido y no llega a ningún sitio. No tiene y tampoco encuentra, la forma de escaparse de ella. Justine perdió peso. No tiene ganas de nada. Hasta masticar le cuesta: La vida la enfrenta día a día. Justine siente miedo. Está sola. Tiene muchos amigos, pero está sola. Sola entre compañías. Sola entre multitudes y le tiembla el cuerpo. Se acuesta y su íntegro cuerpo tiembla y el corazón se le acelera. Más miedo. Justine anhela abrazos rodeándole el cuerpo. Brazos. Manos. Piernas sobre su cuerpo. La gravedad corpórea de otro cuerpo la sosiega. Un simple abrazo. Abrazos múltiples. Justine se encierra en el cuarto amortiguado y mira la vida solamente por la claraboya. A su vida, la ve pasar por la ventana como un destello. Se encuentra triste, fea, apenada y vieja. Extraña ser la falta. Dentro de ella existe un universo de vitalidad mal encausado. Justine tiene intenciones. Buenas intenciones. Hermosos planes, pero mientras tanto, la vida la acobarda. No se anima a hacerle frente al miedo. No comunica lo que vive. Disimula cosas. Es cruel. Demasiado cruel con ella misma. Se impone sus propias reglas. Se inventa fronteras. Su misma pasión la limita. Pide límites a gritos. Se crea tantos límites que se termina limitando todo y le cuesta caminar a solas por la calle. Sola. Sola se traiciona a sí misma infatigablemente. Tiene constancia para traicionarse. Para eso sí, no falla nunca. En eso es una verdadera experta. Sabe muy bien, muy adentro, que la reunión con ella misma se va a producir. Todavía no sabe cuándo, ni donde. En algún momento se va a poner de acuerdo. Todavía no puede. Está terriblemente enojada con ella. Se quiere parcamente. Poco. Casi nada. El odio mudo azabache se le compenetró intrínsecamente en el reflejo. Le está lánguidamente desmenuzando las venas hendidas. El darse cuenta. El mirar de cerca a la impudicia con la que amalgamó sus verdaderos sentimientos. ¡Si la vieras! ¡Si tuvieses la sagacidad de meterte por un segundo dentro de ella! Pero eso es imposible. Los cobardes del amor son repugnantes, en el monstruoso sentido del léxico. Horribles. La liviandad la asusta. La asustó siempre, no es ninguna novedad. Por supuesto; para los cobardes: la vida leve. El amor genuino es plenamente incoherente, extravagante, virginal irracionalidad. De otra forma, Justine no lo concede. No lo conoce. El poderío de su mente cargada es infinito. Un fuliginoso máuser en brasas a punto de ser bombardeado, escupido, hacia la encarnizada insensibilidad humana. Después de todo, existe más vida en la jungla que en el pavimento. No es que ella esté formada de un desfiladero de lágrimas, es demencialmente ultra delicada, atómicamente impresionable. Bien podría llamarse: “La granada atómica de las emociones.” La granada corpuscular todavía no grita, ni detona. No se atreve a tanto. Le falta un poco de tiempo e historia. ¡Cómo va a atreverse! Aún es solo un arma cargada…
28/12/08
20/12/08
Heroes
Estoy de pie en la puerta de una tienda de telefonía móvil sobre el carrer Rogent al 50. Afuera el cielo se cae a carcajadas. Es un día gris con migas con forma de agua en Barcelona. Llevo puesto un traje gris perla metalizado con ribetes azules. Parezco una persona a punto de ir al espacio. Parezco un aprendiz de la N.A.S.A o un pitufo del año 2000. Quizá un agente secreto de la N.A.S.A que toma unos cursillos. Afuera llueve, llueve y llueve. Elevo la cabeza al cielo y pienso: “Salven a la animadora y salvaran al mundo”. ¿Seré yo la animadora de esta época?¿He venido del futuro a salvar mi pasado? ¿He venido del pasado a no destruir mi futuro? Soy la animadora y salvare al mundo con mis pantalones gris metalizados brillantes, purpurina rosa en las mejillas y unas botas azules Santa Claus, Reigs Mags, Blue in the Face. Soy la animadora que detendrá los atentados de la E.T.A, las guerras terroristas y los mensajes secretos de los presidentes de todas las naciones. Soy la animadora que salvara a Vanessa de las garras del tigre. Salvara a Vanessa de su propia trampa y le tendera una mano. La ayudara nuevamente a despegar y a huir de esa celda de fragmentos de cristales rotos donde duerme cada noche. Soy la animadora que le ofrecerá una serie de patadas voladoras en la cara de B y lo reembolsará a su espacio. Soy la verdadera y única animadora que abandonara a B de una vez por todas y resurgirá con sus triples personalidades, leerá pensamientos ajenos, atravesara vidrio sin cortarse, se caerá mil veces y algún día volara junto a sus hermanos. Luego, en un gran lienzo, pintare el futuro y me trasportare. Repito: “SALVEN A LA ANIMADORA Y SALVARAN EL MUNDO”.
Abro los ojos, miro la tienda y me muero de asco. Pienso en un billete de avión mojado. En los reyes magos. En caramelos de colores y pirulines azules. Pienso en la animadora y en otro despertar. En la lluvia que cae y bautiza mi alma. Las calles mojadas me llenan de vida. Los árboles están contentísimos y morirán de pie…
Abro los ojos, miro la tienda y me muero de asco. Pienso en un billete de avión mojado. En los reyes magos. En caramelos de colores y pirulines azules. Pienso en la animadora y en otro despertar. En la lluvia que cae y bautiza mi alma. Las calles mojadas me llenan de vida. Los árboles están contentísimos y morirán de pie…
15/12/08
El Cumpleaños
Hace frío en Barcelona. Mucho frío. Y la temporada invernal históricamente aun no ha llegado. Llevo puesto un gorro con piel, calcetines largos, pantalones, botas altas y guantes. El factor climático me da mucho mal humor. Me veo la piel blanca amarilla verde agua. Busco el recuerdo dorado del color del verano y no lo encuentro. Sigo en la casa de B de una forma muy ambigua. Voy y vengo y en mis pensamientos ya no estoy aquí ni allí. No estoy ni en Barcelona ni en Buenos Aires y solo se que me quiero ir, pero todavía no puedo. Estoy viviendo un tiempo suplementario. Un tiempo que muere en partes. Es como si estuviera sentada en el banco de los suplentes de un partido de futbol y alguien moviese las piernas por mí. Como si fuera un extra. Un figurante aterrado por dar un paso al frente, atrás o al costado. Un figurante aterrado de miedo que solo pone el cuerpo y sus sentimientos tan solo por aparecer en escena. La vida al lado de una persona permanentemente alcoholizada cada día me resulta más insoportable y complicada. 7, 8, 10 litros de cerveza lo convierten en un alcohólico? Cual es el limite? Donde esta el Stop? En mi caso tampoco puedo ponerlo. Aun no he podido huir del desengaño. Estoy en la casa de B encerrada en mi capsula voladora. A medida que contemplo los fracasos de las relaciones humanas, tiendo a embutirme mas adentro. Cada día intento llegar hasta el fondo y me veo haciendo cosas que no quiero hacer. Me veo frecuentando gente que me produce odio a la humanidad. Me veo intentando controlar su mundo y me doy asco. Las once de la noche de un martes moribundo. Estamos a punto de cenar. Pitan el timbre. Es el vecino de la finca de al lado invitándonos a su cumpleaños. Juahh. Odio al vecino inoportuno. Cambio de planes. Como un barrilete sin hilos, B quiere cambiar de planes. Entonces, de repente: CAMBIO DE PLANES. A la mierda la cena. A la mierda la intimidad entre dos. A la mierda, solo tú y yo. No quiero ir a ese cumpleaños. No quiero tener que hablar con gente por obligación. No quiero relacionarme por que ocupo un espacio en un espacio cerrado. No quiero sonreír sin sonreír. Y no puedo decir que no voy por que no quiero dejar solo a B. Tengo que controlar a B. No quiero dejarlo ni un minuto solo. No quiero que hable con otras mujeres. No quiero que se divierta sin mí. Ya se que doy asco. Pero no puedo. Lo intento, pero no puedo. Entonces, a pesar de que mi verdadero “Yo” no quiere ir a ese cumpleaños, mi otro yo no lo duda ni un instante y camina hacia allí. Y el resto es terrorífico, el resto es opaco. El resto me hace mal a la salud. Me daña el organismo. Los sentimientos. Entonces estamos en el cumpleaños. Es un ambiente pequeño. Con todas las ventanas cerradas. La música es horrible. Suena mal y esta muy fuerte. Todo esta lleno de humo. La gente entra y sale y yo sonrío sin sonreír. Hablo sin hablar. Me muevo sin moverme. Digo: “Si”. “no”. “Claro”. “Of Course” y “Felicidades” mientras que B bebe un trago tras otro. Me quedo quieta en el medio de la fiesta y solo puedo pensar en las plantas en el balcón de B. Solo ellas crecerán cuando esta ciudad y yo hayamos caído…
5/12/08
La Espera
La espera me desespera. Ya dejo de ser una espera inconciente. Se ha convertido en una espera urgente. Es una sensación agotadora que me corroe el cuello. Pero la espera de que concretamente? Vuelvo a reiterar que me agota mi posición en el mundo de a dos. Ya no me da placer la cotidianidad. Me da asco la cotidianidad. La confianza da asco, es verdad. Quiero huir de este sitio, pero hay un hilo invisible que me retiene. Mi alma del ejército de salvación. (From Salvation Army counters) Mi vocación de ambulancia a domicilio. La pena que me ahoga. La noche fría. La música que suena fuerte y yo que no la escucho. B caminando como un zombie por el salón bebiendo una copa tras otra. El pelo sucio de B. La ropa llena de manchas de pinturas. Los colores en la ropa. Los bocetos de los cuadros a pintar derramados por toda la casa. Los spray. El óleo. Los pinceles sucios. La paleta rota. Todo a medio acabar. La caja de herramientas abierta. Las macetas vacías de las futuras plantas. Las plantas madres. Los esquejes. El temporizador. Los cuadros pintados en los noventa. La colección de documentales a rabiar: Onetti. Borges. Juan Rulfo. Miro. Los cajones desordenados. La ropa en la lavadora. Mis escritos inacabados. Las alfombras mejicanas y mi alma que espera el cambio. Mi alma que espera huir. Mi corazón en Buenos Aires. Mi cuerpo en la cama con B. Mi cuerpo aturdido, trabajado, fresco. Mi cuerpo en llamas. Mi cabeza en la hoguera. El mal de amor. El mal del amor caro. El amor sale caro. Lo he pagado con sangre. Me la ha absorbido, chupado, lamido. El amor cruel tirano. Ya no te quiero. Ya no quiero esto en mí, pero no puedo huir. En pocos meses tomare el desvío y un océano volverá a separarnos. Poniendo agua de por medio lograre la distancia deseada. En la distancia podré reorganizar mi deseo de vivir de a dos. Aquí no me convenzo. Soy un alma insatisfecha que un día ama con locura y al otro quiere huir desesperadamente hacia algún otro mundo inexplorado: Al mundo de la libertad. Libertad es estar en soledad y estar en compañía es estar presa. Presa de mí…
1/12/08
El Cielito
Estoy en la biblioteca de Santa Eulalia. Cojo una película Argentina que se llama “El Cielito”. No la conozco de nada. Es del año 2004. Llego a casa de B. Me tiro en la cama y pongo “El cielito”. En la primera toma, veo el río Paraná. Me entra una tristeza indescriptible. El agua es marrón. Del color del agua de mi sueño de ayer. Es marrón grisácea verde musgo. Agua podrida. Luego aparece un chico con cara de indio, con ojos rasgados morenos. Árboles, campos, muchos árboles y soledad. El clima es de una soledad aterradora. Unas vías de tren. El desamparo. La soledad. Un camino hacia ninguna parte. Luego una casa precaria y perdida al lado del río. Una pareja. Un borracho, una mujer sometida y un bebe. Mal trato. Alcoholismo. Pobreza. Violencia: La Argentina que aun miramos. La Argentina que se refleja. Que destella. Argentina, la desaparecida. La casa. El perro. El verde. Los árboles. Argentina, la desaparecida de siempre. Continuo con “El Cielito”. El protagonista me inspira mucha ternura cuidando a un bebe que no es de el. Lo cuida como si fuera suyo. Lo quiere como si lo hubiese concebido. Se entretiene con el e intenta rescatarlo de la pesadumbre que le espera. De ese padre violento. De ese padre bruto fruto de la ignorancia y pobreza, legado de los gobiernos de turno. Y el resto es feo. El resto es muy feo: Pobreza. Desolación. Padre borracho. Madre muerta. Huida. Ilusiones. Sueños y lo peor de la gran metrópolis. Buenos Aires y sus calles oscuras llenas de niños que aspiran paco. Buenos Aires y sus ladrones a toda pastilla. Buenos Aires y muchos balcones sin ninguna flor. Entonces la huida en tren con el niño en sus brazos. El intento de una imposible nueva vida. El intento por algo mejor. Las pensiones muertas. Los cuartos de hoteles en Constitución. La búsqueda del alimento. La falta del nutriente. La tentación. El amor hacia el niño. La soledad y el niño nuevo. Y el mundo nuevo y los pibes en la esquina aspirando paco. Los nuevos trabajos viejos. El engaño sucio. El desenlace toxico. La despedida. El despojo de los brazos del niño y la notable despedida entre ellos. Entonces otra vez la despedida y con ella; la muerte.
AY CIELITO, CIELITO MIO…!!!
AY CIELITO, CIELITO MIO…!!!
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