28/5/09

JulietteLewisAtKokoClubLondonMornightonCrescentStation


Creo que diez días en Londres no son suficientes para ver esta enorme ciudad. Pero me van bien. Me fueron de maravilla. He cambiado de aire. He caminado por la Bond Street, por Oxford Circus. He visto los estudios de la B.B.B, he llorado caminando por el river side del Tamesis, la catedral de St Paul, la Tate Modern Gallery donde me he encontrado murales de Pollock, cuadros de Kandinsky, Bacon y de los más grandes. También he visto el museo de Victoria y Albert en South Kensingthon y la Tate British Gallery. Las Tower Hill y una exposición de fotos de Bob Dylan en la Portrait Gallery que me dejo satisfecha. Me he perdido por el Chinatown y en el Soho y he comido en sus calles. Lo curioso de todo, que prácticamente no he pensado en B ni un solo día, solamente el ultimo, cuando a las siete de la mañana sonó mi teléfono diciendo que ya estaba de vuelta en Barcelona. El viernes por la tarde me he ido por los últimos días a la casa de Ibone por Aldgate East. Ella se ha ido a un concierto en Brighton y me ha dejado su enorme habitación hasta el lunes que vuelvo a Barcelona. Es un día muy frió, hay mucho viento y llueve mucho, pero yo me abrigo bien, me cubro con la poca ropa que he traído y salgo por debajo de la lluvia hasta llegar a la Mornighton Crescent Station. Hace tiempo que no tenía esta sensación de cambiarme de ropa y ponerme make up y estar tan ilusionada por volver a ver a Juliette Lewis en un concierto. Me sentía como si estaba a punto de encontrarme con un chico que me gusta mucho. Y ella es alguien que me trastorna desde mis dieciocho años. Son las nueve de la noche. Esta lloviendo y estoy en Camden Town esperando las doce para poder entrar al concierto. Camino por sus calles y veo pasar a Sayid de Lost. No lo puedo creer. Lo miro bien y si, es el. Sigo caminando pensando en Sayid y me paro en una esquina a comer pizza parada mientras la lluvia cae. Se hacen las diez y media y ya estoy muy ansiosa y voy directo hasta la puerta del Koko Club. En la puerta hay gente haciendo fila para sacar el ticket, pero no parecen fanáticos de Juliette, sino gente que viene solo a bailar al Koko. Mejor para mi, pienso, por que quiero ser la única fanática Argentina en London viendo su show. Entro. El koko esta lleno. Arriba. Abajo. A los costados y no soy la única fanática, sino una mas. Voy directo hacia el escenario y me atrinchero ahí delante de todo. A mi lado hay un grupo de chicas gays que me miran. Una se acerca y me pide chicle. Le doy el paquete para que se coja uno y me dice: Quiero chicle de tu boca. Le digo que no. Que si quiere chicle le doy uno entero. Insiste con que quiere el mío. Le vuelvo a decir que no y ya me pongo ansiosa y le digo que no me moleste que solo quiero ver el show en paz y ella insiste: Sorry, are you gay? Pues no, le digo, solo me gusta Juliette en todo el mundo entero y todos los demás hombres. Se ríe, pero se queda a mi lado y me sigue clavando la vista. Me muevo un poco de sitio y solo espero las doce. Hay un grupo soporte que lo miro pero ni lo veo. Miro el micrófono adornado con rosas rojas y solo espero volver a verle la cara Hermosa preciosa de loca a Juliette. Se apagan las luces. Todo esta oscuro. Suena los riff de una guitarra, una batería y ella aparece como un ángel de cara blanca, con unas pequitas diminutas que se asoman, vestida con unas medias altas negras con brillitos y un vestido con alas y botas altas y una sonrisa mueca de costado que me derrite y me enamora. Puedo ver en su expresión mas allá de sus ojos, puedo ver un trance, un demonio, algo que va mas allá que me trastorna. Entonces suena “Hot Kiss” y yo estoy enamorada de sus movimientos, del demonio que lleva dentro, de cómo se mueve y baila y de todo el ángel que la rodea. Suena “Hot Kiss” y bailo y le grito y quiero subirme al escenario para darle un beso, como hice en el Apolo tres años atrás, y los de seguridad me sujetan y no puedo pasar y hay una vaya y yo grito como una adolescente loca descontrolada y le digo: “Come here, come, Julietteeeeeeeeeeeeeeeeeeee!!!!!!!!!!!!!” Y ella me mira y se sonríe con esa risita que tan bien sabe hacer y sigue rockeando y yo quiero besarla y ser su mejor amiga…
Awesome night, I’m so much in love with her!

27/5/09

LONDon 2




La habitación del 639 resulto ser bastante agradable. Me encontré con cinco chicos chilenos que estudiaban minería y vivían en una especie de monasterio en el país vasco. Realmente, un caso muy curioso. No conozco a nadie que estudie para minero en el mundo de hoy. Salgo del hostal y voy a la National Gallery. Luego camino por Trafalgar Square hasta el Buckingham palace. Miro el cambio de guardia y es todo un espectaculo ritualero. Doy vueltas por el St James Park y veo ardillas junto al lago. Luego me choco con la casa del parlamento, el Big Ben por la cara, la abadía y la White Hall Street. Voy al museo natural de historia y veo muchos animales de todo tipo y me encanta estar ahí dentro observando a las especies. Me paso mucho tiempo con ellos y creo que estoy dentro de la película: Una noche en el museo. Luego voy al lado y entro al museo moderno donde veo estructuras maquinarias. Salgo y paso por el Royal Hall Music. Luego tengo nesecidad de aire. Es tanta la nueva información que tengo en mi cabeza que mi disco duro comienza a estar en rojo. Cojo el underground y me voy para Camden Town. Muchos vendedores en la puerta ofreciendo productos de todo tipo. Lo encuentro como al barrio de Once, pero con estilo. Camino por el mercado de Camden y me detengo a comer unas bandejas de comida china a solo tres pounds. Luego me para un chico japonés en la calle y me dice si no quiero ir a una peluquería a cortarme el pelo gratis. Le digo que no, que gracias, que quiero dejarme el pelo largo después de tantos años de cortármelo. El japonés intenta convencerme diciéndome que es la mejor peluquería de Camden y que tiene los mejores peluqueros. Le digo que gracias, pero no. Descanso un poco mi mente y sigo una vez más mi trip y me voy para el British Museum. Luego para la Bloombury Square y pienso en Virginia Wolf, su hermana Vanessa y su círculo de Bloombury. Sigo caminando todo el día camino y estoy cansada y las piernas no me dan, pero no quiero perderme nada y como soy tan curiosa quiero verlo todo. Voy para Harrods y me emociono con los zapatos de Louis Vuitton y la ropa de Galliano. Luego como Sushi en una cadena de Wasabi por 3 pounds. Me alegro tanto que sea tan barato y que tenga un sabor tan orgásmico. Sigo hasta Picadelly Circus, Lescenster Squire, Covent garden y me encuentro con la zona de los cines y los grandes musicales y obras de teatro. Una especie de calle Corrientes que creo que no tiene nada que envidiarle. Se hacen las seis de la tarde y me voy para el Hyde Park a mirar el verde que tanto necesito luego de tanta Big City. El Hyde Park es el parque más hermoso que he visto nunca. Me encanta. Me da mucha felicidad tanto espacio tan verde y las flores y las plantas y luego cuando cae la noche feliz de haber visto tanto, vuelvo sonriendo a mi hostal…

26/5/09

LONDON 1




Me despierto desconcertada de haber dormido en casa de una total desconocida, pero he descansado y dormido placidamente. Nos despedimos con los mejores deseos y cojo el autobús y luego el tube y me voy para el London Bridge. Camino por el puente. Lo cruzo. Le saco fotos like turist total. Luego doy mas vueltas por las London Tower y sigo hasta el London eye y me pierdo entre los miles de turistas que observan fascinados cada rinconcito. Miro el Big Ben. Luego cojo la Waterloo Line y me voy para la casa del parlamento y me cruzo con una manifestación en contra del gobierno de Sri Lanka que secuestra al periodista más importante Tamil. Mucha gente con banderas y uniformados correctos contemplan la plaza. Muchos turistas de todo el mundo y mucho tráfico. Mucho coche y autobuses colorados de dos pisos. La ciudad es enorme y es realmente caótica andar por ella. Sigo mi trip del día y me voy para Ladbroke Grove Station hasta Talbot Road street en Notting Hill y me encuentro con Caroline y su melliza Johanna. Dos amigas de Vincent que conocí en Formentera años anteriores. Hacemos un almuerzo maravilloso con muchos platos de ensaladas diferentes y brochetas de carnes. Es todo delicioso y la casa es encantadora. Llega otra amiga inglesa al almuerzo y cuenta que vive con su marido y que duermen en la misma cama pero están separados y que ella sigue amando a su ex que se fue con una niña de veintipico. Una de las mellizas cuenta que su ex se fue a las Filipinas y que esta destrozada por que vive también con una nativa de veintipico. La otra melliza no cuenta nada de su ex pero dice que esta pintando cuadros. Yo cuento que mi novio, ex o lo que sea, se fue al caribe con su madre y que le den por culo a el y a su puta madre también. En fin, nos unimos todas en el desamor y salimos de la casa en una Cherokee rumbo a los bares de Notting Hill. Entramos a uno que esta totalmente de moda y todo el mundo esta en la calle. Hay Porches, Jaguars, Ferraris, Lamborghinis y coches que me dejan sin habla. Es como estar en Palermo Chico pero a la última potencia. La gente aquí tiene muchísimo dinero y viven una realidad que desconozco completamente y me es ajena con todo su esplendor. Bebemos vinos y cervezas y nos sentamos en una terracita para ver la gente pasar. Quedo boquiabierta de solo observar. Escucho todo el tiempo que los ingleses entre ellos se la pasan diciendo: “Sorry, OH, Im Sorry”. Se dicen “Sorry” todo el rato. Varia entre “Sorry” y “Excuseme” Pienso que es insoportable esta gente diciéndose: “Lo siento” todo el tiempo. La educación y la elegancia se vuelven un poco agobiantes las 24 horas. En fin, continúo de bares por Notting hasta las once de la noche y decido volver a la habitación del 639 a ver que pasa por allí…





25/5/09

London




Luego de buscar billetes como una paranoica y pensármelo mucho rato, por fin me decido y me voy a Londres desde Vic. Cojo un autobús que me llevara hasta el aeropuerto de Girona y desde ahí tomare mi vuelo. Como no he hecho nunca el recorrido del autobús, no se exactamente donde tengo que bajarme. Supuestamente el autobús se detendrá en el aeropuerto. ¡Pero no! Este no se detiene ni el conductor tampoco me avisa. Por lo tanto sigo viajando hasta que el trayecto se estira más de los 50 minutos que dice el folleto de los horarios. Por lo tanto, me paso de la parada del aeropuerto. Corro hasta el conductor y le ruego que me abra la puerta en el medio de la ruta con dirección a Girona. El muy majo me abre y me tiro arriba de un taxi literalmente o de lo contrario perderé el vuelo. Subo al taxi y tío me dice que están de prácticas. Le suplico que me lleve hasta el aeropuerto de Girona por que en 40 minutos sale mi vuelo. El tío acepta pero no muy contento. Y así con los nervios desencajados llego al aeropuerto 25 minutos antes de la partida del Ryan Air con dirección a London Gatwick. Por lo tanto, Ryanair, la aerolínea de “Low Cost”, termina saliéndome “Toll cost”, a causa del taxi. En fin, intento no pensar en los contratiempos originados por llegarme hasta Girona en vez de ir hasta el aeropuerto del Prat en Barcelona y subo a mi avión con las paranoias del 55x44x20 del tamaño exigido del equipaje de mano de Ryan Air. Paso bien las medidas y al fin, luego de tantas corridas, puedo sentarme en mi asiento. Llego a Londres a las seis de la tarde, pero allí son las cinco de la tarde por la hora menos. Bajo en Gatwick y luego de preguntas de todo tipo, ubico la parada del autobús Nacional Express que me llevara hasta Victoria Station. El viaje es agradable y maravillada, voy mirando por la ventana las casitas que tanto me flipaban en las películas. Observo desde el jardín, hasta los carteles en la calle y las chimeneas y lo lineal de la arquitectura. Observo absolutamente todo y me emociono de felicidad por estar sentada aquí. Llego a Victoria y me muero de hambre. Son las 6 de la tarde y no he almorzado. Veo una “M” gigante y a pesar de detestarlo y odiarlo, creo que es la salvación del momento. Entro y me pido un Happy Meal. No quiero ni mirar la hamburguesa. Esta como incendiada y es tan finita que se confunde con el resto. Una vez con el estomago lleno de no se que, continuo mi viaje. Cojo el Tube/ Underground en Victoria hasta Oxford Street y cambio con la Bakerloo Line que me llevara hasta Kensal Green, el sitio donde esta mi hostal. Por lo que leí en Internet, el hostal esta al lado de un cementerio donde una vez estuvo Fredy Mercury hasta que lo cremaron. También los Hnos Marx. En fin, que el hostal este al lado de un cementerio ya me parece tétrico y aun mas, el nombre de hostal: “Welcome to 639 hostal”. “Hostal 639”: es como el nombre de una peli de terror o gore o una peli donde aniquilan gente. En fin, intento no darle mucho lugar a mis fantasías y entro. Es un lugar bastante viejo y un poco venido a menos. Es gigante, de unos cuatro pisos y tiene comedor, lavandería, salón para fiestas, un cyber y un pequeño locutorio. No esta nada mal. Por 10 pound con desayuno incluid no puedo pedir mas. Entro a la habitación que obviamente esta compartida con cinco personas más. En la habitación no hay nadie. Solo maletas tiradas por ahí y paquetes de spaghettis abiertos en el suelo. Me da un poco de asco y rápidamente voy a recepción a intentar que me cambien de habitación. Les pido que sea con mujeres y me dice que en el hostal las habitaciones son todas mixtas. OK contesto. No problema y dejo mi maleta en un locker y me voy para la calle a respirar y mirar el color del cielo de Inglaterra y las nubes. Salgo a la calle y detrás de mí, un rumano me habla. Le contesto que si, que estoy en el hostal y que donde queda la parada del autobús 52 para llegar a Notting Hill, que según el mapa, lo tengo al lado. El rumano muy amable me dice que me acompaña hasta la parada. Le digo que no. Que no hace falta. Que prefiero ir sola y perderme y conocer perdiéndome en Londres. Me dice que el va para ese lado, que vamos caminando juntos. Respiro profundo y le digo que si. Que vamos. Comenzamos a caminar y de repente a las dos calles diviso las tumbas del cementerio mientras que la lluvia empieza a caer. Me río para no llorar con la situación de pasear con lluvia por Londres por la puerta de un cementerio con un rumano desconocido al lado. En fin. Supero la paranoia de muertes y asesinatos en Kensal Green y continuamos hasta mi parada. Nos despedimos muy amablemente y subo al autobús hasta Notting Hill. Busco Portobello Road, la calle de moda y comienzo a caminarla maravillada por sus casitas y colores y tiendas. Me siento en una película con Hugh Grant y la camino arriba abajo observándolo todo. Es una belleza de zona y quedo maravillada. Saco fotos a saco. Saco fotos a cualquier cosa que veo. Fotos insignificantes de momentos memorables en mi cabeza. De repente una chica negra y hermosa se detiene. Ella también va sacando fotos con una súper camera y un trípode. La tía le saca a las mismas cosas que yo. Tiene pinta de turista con mucha pasta. De que esta en un hotel de lux y no en el 639. Me detengo a su lado y le digo: Cant you take me a picture please? Y muy amablemente y alegre, responde que si y así comenzamos una conversación muy afortunada para una primer llegada a Londres. La tía me cuenta su vida, me cuenta de donde viene y que hace y como vive y a lo que se dedica, me cuenta muchas cosas mientras pasan dos horas desde que comenzamos a hablar. Pasan dos horas y se hace de noche y esta lloviendo y ella me pregunta que voy a hacer esta noche. Le digo que no se, que acabo de llegar, que tengo muchos planes pero da igual como comenzarlos. Me pregunta si me gusta el pescado. Asombrada le respondo que si. Y me dice si quiero ir a cenar a su casa. Le pregunto si es muy lejos. Me dice que en Ealing Broadway. Le digo que vamos y vamos hacia la parada del autobús que no es uno sino tres. Llegamos según el cartel a Ealing Broadway y para mi es lo mismo que diga Bond Street o whatever por que voy sumamente perdida. Mientras caminamos hacia su casa, Charlotte compra una botella de vino blanco. Para el pescado, dice. Me empieza entrar la paranoia de que hago aquí y por que entro a una casa de una total desconocida. Subimos. Charlotte tiene una casa hermosa con parque y con todo el estilo London houses. Me encanta. Me muestra su cuarto, la cocina y muchas fotos que saco. Me cuenta de su hija. De su ex novio y de su ex novia. Lo capto. Charlotte es gay, aunque no lo parece en absoluto. Tiene una cara muy guapa, al estilo Withney Houston de joven. Es totalmente negra y con ojos achinados. Muy guapa. Mientras cocina pescado con cus cus y miel, nos sentamos en su cama. Hablamos y empiezo a fantasear con pasar la noche con ella. Solo por que es primera noche en Londres y seria totalmente delirante. Luego reconozco que aunque sea muy hermosa, a mí me gustan los hombres y físicamente no me atrae en absoluto a pesar de su belleza. Comenzamos a beber vino, cenamos, seguimos hablando, es la una de la madrugada. Charlotte me invita a dormir. Le digo que no se. Que para que? Que mejor que me vuelva al hostal. Pienso en la situación del hostal y la verdad que prefiero dormir con Charlotte. Entonces le digo que si, que me quedo a dormir, pero le dejo súper claro, clarísimo, que me encantan los hombres y que amo a B mas allá del bien y del mal. Charlotte lo entiende rápidamente y no le molesta en absoluto. Y seguimos bebiendo y hablando hasta altas horas en un ingles indescifrable y un español inventado de su parte. Y así nos hacemos grandes amigas, grandes colegas en una noche. Y me voy a dormir al cuarto de al lado, al cuarto de su hija y deduzco que Charlotte is my best friend in town y que mi primer noche en Londres me resulta un delirio… Im so fucking crazy.

8/5/09

VIC






B se ha ido. Pese a todos los pronósticos e ilusiones que hemos forjado, se ha ido. Se ha pirado al caribe con su puta madre. A tomar de la teta que suelta veneno. A recuperar las ausencias que han tenido todos estos años. Se ha ido, a la mierda, pero con palmeras y mar caribe y un cielo azul. Y me ha dejado. Como lo he dejado tirado yo por tres meses. Ahora me ha dejado el, por corto tiempo, dice. Para recuperarse. Rehabilitarse, comer pescado bajo una palmera y cambiar de planes. Entre nosotros a veces, existen las distancias de los océanos y las olas que hay en ellos al final nos disparan hacia todas las orillas y nos vuelven a juntar pese a los temporales que se encuentran en lo más profundo de su azul. Ay B, mi amor, te veré luego, en otro mar de amor. Cojo un taxi. Bajo en Barcelona Sants y cojo el ferrocarril que me lleva hacia Vic, municipio español situado en la comarca de Osona a unos 70 Km. de Barcelona. Mi amiga Silvia me esta esperando. Es reconfortante la sensación de que alguien te espere al bajar. Son las 12 de la nit y todo esta cerrando. Vamos andando hacia la plaza mayor y a lo lejos puedo observar la niebla en el aire. Es primavera, pero parece invierno. Han pasado más de siete meses que no veía a Silvia. Desde que la despedí en el puerto de Formentera. Luego de idas y vueltas, aquí estamos otra vez delirando con nuestros sueños como dos adolescentes sin calma en busca del paraíso perdido. Y así vamos, entre los días, por toda Vic, caminando sus calles y su casco antiguo, comiendo en vegetarianos y comprando boludeses en la feria. Y así vamos, comiendo burritos con arroz y lentejas y deleitándonos del placer culinario made by She. Y la noche nos espera y entramos al Pocket y un cúmulo de adolescentes se nos viene encima y el clima universitario del sitio nos abriga y luego sobre las tres vamos al Pasternak y subimos al escenario y bailamos como dos locas sacadas Billy Jean de Michael y bailamos y bailamos y no paramos de bailar en toda la noche. Y la noche es fría, y hay tormenta, pero yo estoy contenta, otra vez, al fin contenta, por que soy libre y no tengo que dar explicaciones a nadie y puedo existir más allá de B.

5/5/09

VUELVO2


Vuelvo y es como si jamás me hubiese ido nunca. Vuelvo y es como si el tiempo no hubiera hecho ningún paréntesis ni dado el punto. Vuelvo y eres el mismo pero más feo. Vuelvo y eres hermoso, más que nunca. Vuelvo y el tiempo juega a mi favor y juntos presenciamos la tarde, el día y las noches, como dos sonámbulos en vela vamos. Intentamos ir hacia ninguna parte y el cielo se abre, se cierra, vuelve a abrirse y las flores nacen y tú y yo continuamos sangrando. Vuelvo y eres más B que nunca. Y yo intento ser más V que nadie. Pero no podemos. Nos confundimos. Nos mezclamos de tal forma que somos uno, sin nombre sin rostro. Con la identidad echa añicos. Somos eso que intentamos ser, pero soñando. Somos el mundo ese que no queremos ni ver de cerca. Pero lo somos, a lo lejos. A lo lejos, mi voz te llegara. A lo lejos alguien canta, decía el poema.
Y mi alma no se contenta con haberla perdido. Me has perdido B?
Hemos perdido esta batalla del amor? Vuelvo y descanso en ti. Tus brazos me cubren de todas las pestes. Tu olor me educa. Estoy muy bien educada y ya huelo mal. Vuelvo y la ansiedad es mi hermana. Vuelvo y la tristeza se instala en mi cara y los sueños se interrogan. Vuelvo y una semana no nos basta para amarnos. Para amarnos mal. Vuelvo y tú también te vuelves. Y el tiempo nos apura. Nos limita. Nos asusta. Que será luego de esta vuelta? Vuelvo y America te queda cerca a ti ahora. Y yo estoy en Europa y el océano vuelve a separarnos nuevamente. Entre tú y yo el mar, siempre. El mar nos junto, el mar nos separo y el mar nos volverá a juntar. Y con lágrimas abandonamos las paredes, las besamos y las dejamos hacer un printing en nuestra alma. Y con lágrimas dejamos las plantas y esas sabanas y ese despertar en ese colchón y todo el ático entero y nuestros fantasmas. Y con lágrimas nos abrazamos fuerte y decimos que no hay Adiós y decimos otra vez hasta siempre amor...

3/5/09

Vuelvo




Vuelvo a Barcelona. Otra vez. Vuelvo, pero para mí la sensación de volver, es volver a Buenos Aires. La vuelta es para el sur. Para America. Para allá. Aquí vuelvo pero vengo, es un ida, no una vuelta. Un ida y vuelta. Pero solo tengo billete de ida. Luego de estar, una vez mas, encerrada en una capsula de hierro, aterrizo en la ciudad condal. La ciudad que huele a otra cosa. A mar. A humedad. A un olor diferente. A cierto orden, huele. Salgo del aeropuerto y B no esta esperándome como había prometido. Pienso que es normal. Que es muy temprano. Que le dio palo coger el tren o el Air bus y llegar hasta aquí. No me lo tomo enserio. No quiero dramatizar. Aunque antes de salir del vuelo, me cepille el pelo, me pinte los labios y me puse un poco de Irresistible, el perfume. Quería sellar algo. Sellar el olor en mi para el. Pero B no estaba. Y ahí estaba yo, mirando para todos los sitios, un poco temblando por el no dormir en el aire, un poco desvariada por todo el cambio. De país, de ciudad, de soledad. Ahí estaba yo en el aeropuerto del Prat, sin B. No tarde demasiado en superarlo y coger el Air bus y hacer el camino a la inversa. Como si fuese el, el que llegase y no yo. En menos de una hora, ya estaba frente a su portal. Antes de picar el portero, hice una llamada:
-Hola, ya estoy aquí – recite temblando
-Donde?
-Abajo!!
_Te tiro las llaves- me dijo con impaciencia.
Luego de 83 días, volví a subir las escaleras de Riera Blanca street. Traspirando y con taquicardia, llegué al atic del infierno. Luego de tantas horas de vuelo, de tantos días y tantas noches, de todo lo diferente y nuevo, de la otra vida y familia y amigos que tengo en Buenos Aires, ahí estaba otra vez. Si otra vez. Otra vez. Por quinto año consecutivo, ahí estaba a punto de golpear su puerta. Y entonces claro, me abrió rápidamente y primero sonreímos con sonrisas cómplices y acto seguido, nos caímos en un abrazo dilatado que duro la fugacidad de una eternidad que esperábamos cada noche. Ahí estábamos otra vez, B y yo, abrazándonos como dos desamparados. Ahí estábamos a punto de llorar y de reír y de caernos en la cama que nos esperaba ansiosa. Y el resto es hermoso, si se puede definir hermoso, como un encuentro esperado durante tres meses, como el gran encuentro. Y el resto es cuerpo, cuerpo, cuerpo y besos, besos y besos...