Físicamente me he separado de B hace más de diez días. Nuestros cuerpos por fin han tomado la distancia que necesitaban para echarse de menos y oxigenarse. Mi cuerpo ha quedado en Buenos Aires y el suyo partió para Barcelona. Mi mente ha quedado vagando por todos los sitios hermosos que hemos estado en este verano y mi corazón en el suyo. Es desgarrante partir, despedirse, abandonarse, decirse: “Adiós, hasta pronto mi amor”. Hasta que el sol nos vuelva a juntar. Hasta que volvamos a elegirnos. Hasta que el viento sople para el mismo lado. Hasta que deseemos lo mismo. Pero no se puede desear lo mismo. El deseo es singular y nosotros juntos somos singular anulando el plural. Y lo que necesitamos realmente es poder ser singular en plural, o sea, estando juntos. Es que aun no hemos aprendido el verbo “Ser” sin el otro. “Somos” pero para el otro y eso no nos satisface en el fondo porque somos egoístas y queremos ser para nosotros mismos y la idea de vivir por y para el amor, al final, se desvanece. No se puede vivir del amor. Cantaba Calamaro. Y no, no se puede, porque siempre quedara una cuenta pendiente, deseos insatisfechos, resentimientos. Y si lo dejamos ir, quedara la duda, de lo que pudo haber sido. Y si no me ama? Mañana me amaran otros. Y así sucesivamente, nos conformamos y vamos tejiendo nuestra tela de araña del amor. El amor es una tela de araña: Es invisible. Tenebroso y muy frágil. Y se rompe muy fácilmente. Ahora me da un poco de nostalgic los días que hemos vivido aquí en Buenos Aires: La luz del pisazo de Guatemala entrando por la mañana, el supermercado “Disco” de la vuelta, la cama gigante blanca hermosa, el salir a comer afuera cada día como turistas absortos, el sofá de Tres Sargentos, el boggie de Buzios y tu cuerpo doradísimo por el sol, la aerosilla del cerro campanario de Bariloche y los dos gorros que nos compramos iguales para el frío, los hoteles en el centro, las promesas incumplidas, tu cuerpo en el lago un día de frío, las patas de cordero con ajo, tu voz, tu voz, tu bello rostro y los ojos del mal celestes, ayyy, te amo tanto mi amor, te quiero tanto y te querré siempre…
4 comentarios:
Ese tipo de separación deja un saborcito agridulce. Al fin distancia, espacio, tiempo para otras cosas. Pero falta una parte de tu misma esencia. El chiste es dejar que sea tu esencia y que se convierta en un elemento más de la vida... y es difícil hacerlo sin que se apague la pasión.
de momento, en 5 años, no se ha apagado, al contrario, sta mas viva k nunca, pero el tema es otro, juntos no hacemos nada por nosotros mismos...
Cuánta razón tienes...
saludos.
Wow. Me toco el corazoncito que tan encerrado tengo aqui, dentro de si mismo. Sigue escribiendo que alguien va a leerte. Y que sea para bien!
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