Con dos cojones, una maleta repleta, el ordenador colgado de mis hombros y mi corazón hecho trizas he huido de Barcelona, la fría ciudad condal. Luego de darle mil quinientas vueltas al tema, he decidido, en silencio estéril, abandonar a B y a todo este entorno maligno. Por primera vez en años de idas y vueltas y de vueltas e idas, he dado un pequeño primer paso. No se si será el paso definitivo, pero creo que es una decisión muy acertada en este momento. No podía seguir respirando al lado de un adicto mentiroso negador viendo la vida pasar, en un lugar expectante. No podía seguir esperando la revolución. Ni un cambio por que ese cambio no llegara de momento ni en quince días ni en un mes. Ese cambio llevara años de tratamiento y de momento no existe la minima señal de que eso suceda. Y la vida loca a su lado, ya no me enloquece; me entristece. Es un viernes helado, un viernes de principios de diciembre. Con algunos rayos de sol, la gente camina contenta por la calle y compra regalos de navidad. Sin despedirme de nadie, ni siquiera de B, dejo la montaña de El Carmel, me voy a la estación del Nord y me compro un billete con destino a Madrid. Tengo ganas de perderme en la ruta. De viajar horas y mirar el pasado por la ventana. Tengo el corazón y la cabeza muy confusos. Todo es caótico. Caótica V. Quiero pensar y quiero dejar de hacerlo. No hacerle mas caso a la mente. No controlar más los pensamientos. Quiero que se esfumen. Que se hagan viento, humo, cenizas. Quiero retener el mejor pasado, pero no puedo, el pasado se ha ido y el presente me tira una y otra vez hacia las cuerdas de mi vida. No puedo dejar de pensar ni un segundo en B. En nuestros destinos. Me subo al autobús a la una del mediodía y lo imagino en la ducha cantando o haciendo el llanto del bebe malo y quiero morirme literalmente por no estar a su lado. Quiero desaparecer y tener amnesia o dormirme abrazada a su cuerpo cuatrocientas horas. Pero ya esta. Ya no puedo seguir dándome oportunidades en el musgo. Ya no puedo seguir jugando en terrenos no fértiles. Es el o yo. Vivir mi vida o la suya. B o V. Supongo que estoy intentando crecer. Hacerme fuerte sola. Cambiar el rumbo. Cambiar para sentirme viva…

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