Quiero escribir: “Y tiritan azules los astros a lo lejos” o “La bese tantas veces bajo el cielo infinito” o “Es tan corto el amor y tan largo el olvido” o cualquier oración de aquel poema. Recuerdo tenerlo escrito como dedicatoria en una agenda de “Hello Kitty”. Tenía trece años y todo era poesía. Al final del poema decía: “Para mi amor Vanessa, ojala pueda guardarlo” Y luego su firma.
Me he pasado meses creyendo que mi novio de ese entonces me había escrito el mejor poema del universo. Un buen día llegaron a mis manos los libros de poesía de Neruda y se me vino el mundo abajo. ¡No era suyo! ¡Ni para mí! ¡Ni nuestro! En definitiva era para todos los amantes… “De otro será, de otro, como antes de mis besos”
Entonces luego de Valencia me he marchado al sur de España, a Andalucía por primera vez. Aterricé en Málaga y me he quedado unos días en un pueblo llamado Nerja. Un pueblo pintoresco, con colores gratificantes, el balcón de Europa y jubilados noruegos, suizos, de alto rango. Una manada de gente de la tercera edad se abalanzaba entre sus laberínticas calles haciendo de mi una mas. Días de reposo y revolución mental. Días de caminar bordeando el río para acabar en el mar. Días de barco de chanclete y sol. Días Nerjenianos de lecturas de argentinos que viven en Europa. “Viajar sin ver” de Andrés Neuman y “Nosotros los no escritores” de Lorena Chanes. Días y días y días, solo días y días en donde subo a un autobús de Alsa y en dos horas llego a Granada. Tomo el autobús del pueblo hacia el centro de la ciudad y visito la calle Elvira donde me siento a comer un menú árabe. Luego camino mucho y subo al embrujado Albaycin, barrio con raíces moriscas, cuevas y súper cuevas, patrimonio de la humanidad, mucho color, historia y encanto y turistas, muchos turistas, como yo. Calles estrechas con olor a jazmín llenas de buganvillas, (flores preferidas de B) y unas vistas alucinantes a la Alhambra. Luego camino por el otro gran barrio que esta muy cerca, el Sacromonte, famoso por sus cuevas de gitanos y me dejo perder hasta caer la tarde y subo la cuesta y desemboco en la Alhambra y me pierdo durante horas en sus jardines, castillos, flores, palacios, fortalezas y sueños nazari y maravilla musulmana que genera un paisaje nuevo, una escenario completamente diferente donde vivir. Así que aquí estoy en Granada, soñando con sus calles y en como me gustaría que estés aquí compartiendo estos colores y este aire y estas flores y este túnel del tiempo que va directo a la eternidad…


















