Estoy en La Sabina. En el puerto. En la parte donde se arma el mercadillo. En el puesto de Mara y Diego. Frente a los lujosos yates que navegan por las islas trasportando a ricos hombres enfundados en horribles atuendos afines al verano. Da gracia ver a las señoras bien todas bronceadas como lagartos con sus vestiditos hippie chick y gafas de oro. Da gracia verlos bajar de sus botes con esos aires de ricos intolerables y poderosos y luego verlos caminar por el paseo marítimo. Las arrugas del sol en las mujeres mayores son aterradoras. La piel se les pone color zanahoria y las patas de gallo se lucen más que nunca. Ay Dios. No quiero ser así nunca. No quiero tener el cuerpo caído ni llevar bronceador italiano. No quiero
venir a Formentera e ir a la playa de Illetes y pagar 10€ por una coca cola ni quiero cenar paella en “Juan y Andrea” ni casarme con un wedding planner en el Blue Bar, ni aplaudir al sol como todos los italianos lo hacen en el “Big Sur” mientras comen nachos con queso mientras el reflejo del sol se va pudriendo sobre sus rostros. Ay! No quiero pertenecer a ese mundo nunca!! Quiero dormir en el bosque. Caminar descalza. Leer “Justine” de Durrell una y mil veces mas. Comer pan con tomate y aceite de oliva. Juntar conchas en el mar. Escribirme frases en las manos. Mirar el cielo y arrojar el dinero por los acantilados de La Mola. Odio a la gente preocupada por el dinero. Odio a los que hablan de dinero. A los que hacen comentarios de cuanto ganan, de cuanto les pagan, de cuanto ahorran, de que Formentera es más cara que Cerdeña, etc. Esta isla es puro cuento. Es una isla que tuvo sus orígenes hippies hace 30 años atrás cuando veraneaban los de Pink Floyd y escribían canciones inspiradas aquí. Una isla que era virgen en ese entonces. Muy vacía. Solo con caminos de tierra, playas paradisíacas y gente desnuda. Hoy todo es mentira en Formentira. Hoy solo importa el dinero. Hoy los ricos se disfrazan de hippies. Hippies progres. Por que queda bien. Por que esta de moda veranear por aquí. Por que aquí una noche te enteras de que Jagger y Richards han tocado en un yate por Cala Sahona y no te lo puedes creer y te caes de emoción por solo pensar en cruzártelos. En agosto del 2006, haciendo auto stop con el hermoso de Arjan, (OH! Donde estarás corazón?), conocí a Jodorowsky. Me ha parado con su coche y no lo reconocí de inmediato. Empezamos a conversar y de repente miro por el retrovisor y le veo la cara: Perdón- le digo: usted no es Alejandro? Y pues si, era el. Luego tuvimos una interesante conversación sobre Formentera. Las editoriales. El tarot en Paris y los desayunos en la Fonda Plate. La verdad que ha sido muy agradable el viaje con el y me acuerdo que luego le he enviado por Christopher, su ayudante, el comix de “Fiona” y luego me he enterado por este mismo, que le ha gustado mucho y me quede super feliz. Siempre es muy estimulante cruzarse en la vida con esta clase de locos creativos, con gente con tanto talento. He leído que “El Topo”, una de sus pelis, era la peli preferida de Lennon. Curioso. Muy curioso pensar en Lennon mirando una película de Jodorowsky y en Jodorowsky leyendo “Fiona”, mi comix, en Formentera.
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