13/7/08

Nomade y Caotica V



Desde que he llegado aquí, ya me he mudado unas 3 veces en 20 días. Bueno es parte de mí. Lo reconozco. Me he mudado muchas veces en mi vida. Luego me detendré a contarlas. Pero han sido varias. Como también han sido varias las escuelas y los high school por los que he pasado. He ido a 7 escuelas creo. Por eso el cambio es parte de mí. Aquí he vivido en la casa de Max. La casa preciosa que era la casa de Chopy antiguamente. Bueno no tan antiguamente. Creo que murió a principios de este año. Para mi ha sido un honor haber vivido en la casa de ese señor que hacia unas esculturas tan bellas y decoraba la isla con colores. Con Max ha ido muy bien. Al menos no hemos tenido problemas. Nos hemos conocido un poco más. Le he sacado la ficha rápido. Luego arrebatadamente me he ido al bosque. Por Es Cap. Por lo de Pep. Por el camino de los hippielands. Cerca de las placas solares. Con el Xuri y otra que olvide su nombre. La otra esta vivía en un tipi que estaba muy guay. Y nosotros dormíamos bajo el árbol o arbola más bonito de Formentera: una Garrovera preciosa que ha descubierto el padre del Xuri de quien estoy leyendo sus poemas sobre Formentera. Es curioso el libro. Me cae muy simpático y me siento su par al describir las sensaciones que te da esta isla. El sitio es muy bello, pero con este las cosas no han ido del todo bien: Paranoias. Confusiones. Mal rollo. Deliriun tremens y todas las fantasías del mundo juntas. Y ese no es un buen plan para estar en Formentera. Y luego, he venido a la casa de mis amigas Brasileñas. Casa de Gilmara, Palmira y Santos. Ayy! Dios Mío! Que Caóticos que son! No quiero generalizar, pero los brasileños no pueden parar. No tienen paz. No se calman. Miran la televisión a toda pastilla con la radio prendida a la vez y se cocinan feijao mientras bailan y con las manos sostienen el móvil y hablan por teléfono y pasan datos al banco y envían dinero a Brasil y bailan capoeira y pasan el mocho y gritan de felicidad y fingen orgasmos y barren el piso y se tocan entre ellos y cagan donde comen y mean donde cagan y Dios Mío! Hacen “Todo a la vez”. Estoy sorprendida del caos, aunque es un caos alegre en el que viven. Yo me estreso con solo mirarlos, pero intento ir a su ritmo y me la paso bien. Intento ser un poco como ellos. Hablar solo de sexo, de comida y de cuerpos. Intento ser brasileña por un rato. Santos con su guitarrita solo nos toca dos acordes. Samira con sus novios eternos todos parecidos al primer novio y Palmira delirando con la moda. Con las marcas. Con desfiles en Milán, tiendas de lujo y ropa chick. Pues si. En esta casa Formentera es Nueva York. Aquí hay gafas de Gucci. Tejanos de Pepe Jeans. Relojes Vogue. Aquí hay televisión con 15 canales. Mando a distancia. Aire acondicionado. Teléfono fijo e Internet. Aquí Formentera no es Formentera para mí. Pero me gusta también esta irrealidad en la que me sumerjo por un rato y luego vuelvo a salir y cojo la bicicleta y voy por el camino de tierra, por el Cami vell de La Mola y miro el sol caer, el sol a mis pies y voy hasta el mar y me dejo caer también y quedo flotando en ese vacío lleno de agua y pienso en lo libre que soy, en que mi libertad me condena, que nos condena a todos, que amo este momento de mi vida, pero que quiero a B con toda mi alma y que siempre me faltara algo sin B y entonces vuelvo a llorar nadando o flotando en ese vacío lleno de agua y mis lagrimas ya son parte del mediterráneo y mis lagrimas si siguen saliendo de esta manera desbordaran el mediterráneo y pienso en eso y vuelvo a llorar y pienso en la canción esa: “Ojala no te hubiera conocido nunca” y pienso en que pasara entre nosotros y como será nuestro reencuentro y si habrá un reencuentro o que habrá y así hasta el infinito punto rojo, punta prima. Así hasta caer rendida de tanta emoción, tanto ejercicio físico. Así hasta volver a sonreír y así hasta llorar y reír, sonreír, llorar y otra vez reír y otra vez llorar. Y si, también soy caótica como mis amigos brasileños. Caótica Vanessa. Caótica Ana. Gracias Medem.

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