7/7/08

Just Call Me

Hace una semana me ha llamado B. Me quede muerta. Muerta. Me quede super muerta cuando a las 4 y 30 de la madrugada cogi el móvil y oí su voz del otro lado. No sabia exactamente si estaba soñando o que coño estaba pasando. Pero no. No estaba soñando era B. El llamado fue poco claro. Claro; me echaba de menos y se ha quedado muerto cuando le dije que estaba en la isla. Creo que la isla me ha dado este regalo de bienvenida. Yo me siento bienvenida aquí. Esta isla nos unió. Esta isla nos separo y esta isla nos volverá a unir. Lo se. Lo presiento. Quizá nos quede un largo trecho por separado pero siento que al final del camino estará B y estaré yo, los dos, solamente los dos, disfrutando de esta hermosura y volviéndonos a amar en el bosque. OH amor! Que duro es caminar por aquí sin ti! Que pena! Que gran Pena!
La luz del sol me ha dado por toda la cara sobre las 7 y 37 AM. He salido de la cama con una alegría inmensa. Estos días, llevo en mi una fuerza vital arrolladora. Será la luz, ya lo he dicho. La luz buena o el poder fantástico que me genera esta isla. Desayuno pan con tomate y aceite ultra virgen de oliva y soy la mujer mas feliz del universo. Salgo a la carretera a la altura de Can Gavinu y me detengo a hacer auto-stop. Subo a la 4x4 de un colombiano trastornado que en tal solo 5 minutos me propone ocupar una casa nueva estilo mansión por el camino de Can Parra. Me explica que por ahí no hay nadie, que no hay vecinos y que la inmobiliaria es de Ibiza. Suena interesante, pienso. Igual estaría muy demente para meterme a vivir con este colombiano desconocido. El coche va a toda hostia y me deje en San Ferran. Nos dejamos los teléfonos y hasta pronto. Me bajo. Me río. Pienso en que tremendo personaje. Pienso en que yo también lo soy al engancharme a hablar con el colombiano sobre ocupar una casa y de movidas así. Me vuelvo a reír mucho y vuelvo a hacer auto-stop otra vez. Esta vez me para una furgoneta. Es un tío que hace reparto de pescados a varios restaurantes de la isla. Me cuenta que los va a buscar a ibiza 2 veces por semana, que gana un pastón y que es de Barcelona. Me mira mucho de reojo. Se llama Benjamín. Me dice si practico algún deporte. Que tengo mucha “fibra”. Le digo que no tanto, que nado en el mar y que ando en bici y que amo a B (no eso no le digo). Me bajo en el Sun Splash. Me lleva hasta la entrada del chiringuito. Hasta pronto Benja. Pienso en las ocupaciones que se busca la gente para sobrevivir en el verano con tal de quedarse por aquí. Pienso en que mi libertad no tiene precio. Pero también pienso que no puedo vivir toda la vida como una mochilera. Aunque mochila no tengo. Tengo una maleta roja preciosa y además odio la los mochileros, pero no puedo vivir con el concepto mochilero all the time. Aunque me gusta mucho el lumpenaje. (Lumpen: Préstamo del alemán. Acortamiento de Lumpenproletariat ‘proletariado andrajoso’. Grupo social urbano formado por los individuos socialmente marginados, como indigentes, mendigos, etc) Entonces me gusta, Lumpenear por aquí, por allí. La primera vez que escuche la palabra “Lumpen” fue en una clase de Briski. La había dicho Norman para definir a dos personajes de una obra. Me quedo grabada para siempre, como me has quedado tú. Entonces estoy en el SunSplash lumpeneando un poco. Corro hacia la arena. Me quito el pareo rosa, me desnudo y entro al mar. Nado crol, perrito y mariposa. Mariposa un poco mal. Floto un rato. Hago plancha, perrito otra vez y me quedo fascinada mirando al cielo que se reflejan en el dulce mar….







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